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La moneda de la eurozona intentará pelearle la hegemonía financiera al dólar
El euro circula como moneda común
Mañana se despiden doce monedas nacionales en Europa. Expectativas y dudas sobre el nuevo sistema

Las monedas nacionales de 12 países europeos saldrán hoy de circulación para dar paso al euro, que entrará en vigencia el primero de enero del 2002 y se convertirá en el principal instrumento para las transacciones de 300 millones de personas que habitan la eurozona. La nueva divisa nace también con la expectativa de pelearle la hegemonía financiera mundial al dólar estadounidense.
Más de 50.000 millones de monedas fueron acuñadas y se imprimieron 15.000 millones de billetes pero la transición será progresiva porque se podrán seguir pagando las compras en las distintas monedas nacionales durante un período de hasta dos meses, dependiendo de cada uno de los países.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, será el encargado de despedir hoy a las doce divisas nacionales en una operación inédita por su importancia, y no exenta de riesgos desde el punto de vista logístico.
A lo largo de todo el fin de semana, dirigentes políticos y banqueros centrales europeos defendieron con vehemencia el alcance histórico de este cambio monetario, que hasta la fecha representa el máximo logro de la política de integración europea.
El canciller alemán, Gerhard Schroeder, en su tradicional mensaje de Año Nuevo, pronosticó anoche que los europeos experimentarán "el inicio de una nueva era, con la que estuvimos soñando durante decenios, es decir, la posibilidad de viajar sin el obstáculo de las fronteras y pagar con una sola moneda común, el euro y los centavos".
Por su parte, el presidente del banco europeo señaló recientemente que la llegada de la moneda única modificará "profundamente" la forma de pensar de 300 millones de europeos, que tendrán la sensación de pertenecer a una misma comunidad.
"La implantación del euro es un importante paso en el largo camino que comenzamos a andar desde la finalización de la II Guerra Mundial y la creación de la Unión del Carbón y del Acero hace 50 años", concluyó Duisenberg.
Con la atención centrada en la pelea por la hegemonía mundial con el dólar, el ministro francés de Economía, Laurent Fabius, afirmó ayer que el euro tiene un "importante" potencial de apreciación, que se revelará con el tiempo gracias a la fuerza económica de la zona euro.
La economía europea "no tiene ningún desequilibrio exterior, algo que no es evidentemente en absoluto en el caso de Estados Unidos, por ejemplo", agregó Fabius durante una conferencia de prensa.
El ministro francés estimó que "la debilidad del euro respecto al dólar se debe, principalmente, a cierto sentimiento" de que es una moneda nueva que debe probar su capacidad y también a "factores técnicos", como la compra de empresas estadounidenses por empresas europeas, lo que provocó la venta masiva de euros.
Para los doce países que la adoptaron, la nueva moneda será una realidad concreta con las doce campanadas que marcan la llegada del nuevo año.
La isla de La Reunión, el departamento francés de ultramar en el océano Indico, entrará en la historia por el huso horario, a la hora 20 del meridiano de Greenwich, al convertirse en el primer territorio donde entren en circulación los ocho tipos de monedas y siete tipos de billetes en euros.
Seguirán dos horas más tarde Grecia y Finlandia, mientras que la mayor parte de la zona euro dará la bienvenida a la nueva moneda a las 23 GMT, una hora antes que los irlandeses y los portugueses.
El acontecimiento será celebrado en toda la zona euro, pero con sobriedad, sin duda por el poco entusiasmo que suscita lo que muchos consideran es un salto al vacío entre los ciudadanos europeos obligados a acostumbrase a una nueva escala de valores.

Bienvenida con luces y sonidos
Un espectáculo de luces y sonido sinfónico en Bruselas, una ceremonia sin pretensiones frente al Banco Central Europeo en Frankfurt, capital autoproclamada del euro, y algunas intervenciones públicas, darán la bienvenida a la nueva moneda.
Pero por estas horas los analistas se preguntan qué acogida reservarán los ciudadanos a su nueva moneda, y la mayoría coincide en que la recepción dependerá en gran medida del éxito logístico que tenga la operación de cambio de los billetes.
Algunos datos prendieron señales de alerta sobre el éxito de la operación, ya que en Francia, el 7% de los supermercados e hipermercados no podrán devolver el cambio en euros en los primeros días de enero, mientras que en Italia la entrega de billetes a los grandes almacenes se hizo a último momento.
Otras incertidumbres que dominan el ánimo de los europeos están relacionadas con el funcionamiento de los cajeros automáticos a partir de la hora cero del primero de enero y las operaciones de cambio monetario en las transacciones con tarjetas de crédito.
Aunque mínimos, ya se han señalado algunas fallas en los preparativos en varios países de la zona. La situación estará particularmente vigilada en Francia, debido a que ya existe una amenaza de huelga en los bancos, pero también en Alemania, cuya moneda nacional perderá, al menos sobre el papel, todo su valor legal desde mañana, 1 de enero.
Un efecto adicional que tuvo la expectativa por la entrada en vigencia del signo monetario, fue que obligó a blanquear gran parte de la economía negra europea, que se manejaba con viejos billetes nacionales. En los últimos meses, diversas regiones de Europa, se vieron súbitamente beneficiadas por un boom inmobiliario.


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