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Rosario,
lunes  31 de
diciembre de 2001
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Balance del Apertura
Newell's y un torneo mediocre

Luis Castro

Los números no dejan nada librado al azar y marcan una sentencia. A veces pueden resultar favorables y otras no. En el caso de Newell's, por más vueltas y justificaciones que se le busquen, el resultado de la campaña del equipo de Juan Manuel Llop apenas alcanzó el calificativo de mediocre, igual de parecido a la realidad institucional, donde los números tampoco cierran.
El conjunto leproso sólo ganó seis encuentros en 18 presentaciones, igualó cuatro y perdió ocho, cifras que reflejan la opaca campaña realizada en un torneo Apertura. "Para mí no fue ni mala ni buena, fue aceptable", confiaba una y otra vez el Chocho a la hora de brindar un análisis postorneo, más allá de que para los hinchas la actuación rojinegra sólo dejó sinsabores.
El arranque fue arrollador, pero rápidamente el equipo cayó en un pozo donde recibió durante siete fechas cachetazos que hicieron tambalear la continuidad del entrenador. Una levantada cuando sólo restaban pocos partidos para el final le otorgó cierto oxígeno que le permitió arribar al final del campeonato -aún le queda pendiente el cotejo ante Boca-.
Una vez más (y van...) los objetivos fueron incumplidos. Las intenciones de mejorar las flojas campañas que viene sumando desde hace varios años se desvanecieron rápidamente cuando los buenos resultados llegaron en cuentagotas.
Los refuerzos William Vázquez y Gustavo Dueña no desentonaron, tan es así que sus rendimientos fueron tan mediocres como la gran mayoría del resto del plantel, salvo contadas excepciones. Y otra vez, como ocurrió tiempo atrás, las decisiones a la hora de elegir refuerzos fueron desacertadas. Aquellas contrataciones rutilantes que había prometido el presidente años atrás lejos estuvieron de concretarse. Tampoco el juego propuesto por el Chocho conformó a la gente. Tal vez porque los jugadores no comprendieron la idea del técnico o por las limitaciones propias del plantel.
"Ya no se puede prometer cosas porque hace rato que lo venimos haciendo y no lo logramos", confiaba Julio César Saldaña, el jugador con mejor rendimiento a lo largo del torneo y que, aunque resulte increíble, había dejado de ser tenido en cuenta por el técnico. Aunque luego el Chocho volvió sobre sus pasos y le devolvió la titularidad, aunque jugando más retrasado y como doble cinco. "Nadie dice que acerté en la posición que lo puse", resalta el DT cuando surge el tema Saldaña.
Los problemas salariales pueden haber incidido en la floja campaña. Los jugadores no cobran desde octubre (algunos tampoco recibieron los haberes de septiembre), pero a pesar de todo se mantienen en silencio soñando con una pronta solución -la venta de un futbolista-. La única señal que brindaron fue amenazar, como ocurrió con la etapa anterior con Jorge Ribolzi, con el no inicio de la pretemporada. Y es aquí cuando muchas voces hacen notar la falta de reacción de un plantel ante los incumplimientos de lo pactado. "Miedo no hay. Tal vez los más chicos puedan sentirlo", confesaba semanas atrás Diego Luque, uno de los pocos que se animó a hablar del conflicto.
Newell's sigue en deuda con el resignado pueblo rojinegro. Y lo más triste es que el futuro no aparece demasiado alentador. Hay un técnico que continúa en duda, que tiene poco respaldo tanto de la dirigencia como del plantel. Con jugadores que se irían, pero con reemplazantes que aún están madurando. Con problemas económicos que no sólo afectan al técnico y al plantel, sino a buena parte de los empleados. Demasiados obstáculos como para presagiar que lo que viene será mejor.



Newell's deberá recuperarse en el Clausura.
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