Buenos Aires. - Amigos, vecinos y familiares de los tres jóvenes asesinados ayer a la mañana por un suboficial retirado de la Policía Federal descargaron por la tarde su ira sobre la comisaría 43ª, del barrio porteño de Floresta, donde rompieron vidrios y fueron dispersados por la policía, que disparó con balas de goma y gases lacrimógenos. Los incidentes se originaron después que los allegados a las víctimas cortaron la avenida Gaona, frente al lugar del crimen, después de estar allí desde las primeras horas del día, cuando supieron lo que había pasado. Los jóvenes reunidos en ese lugar, quienes se conocen del barrio, el colegio industrial de la zona y el Club All Boys, quemaron gomas y cortaron la avenida Gaona, para después marchar hacia la seccional, a unas de seis cuadras. Al llegar frente a la comisaría 43, en Chivilcoy al 400, rompieron los vidrios de la entrada y comenzaron los enfrentamientos con la policía, que resguardaba el lugar y, según fuentes de la seccional, reaccionaron para evitar un linchamiento. Los oficiales explicaron después que "el detenido fue trasladado a otra dependencia", pero ya en ese momento la Infantería cortaba la circulación en la cuadra y llevaba a los manifestantes hacia Gaona desde Avellaneda.En ese trayecto se generaron los choques más violentos, en medio de gases lacrimógenos, disparos de balas de goma, cascotazos y corridas. Los manifestantes que enfrentaron a los uniformados eran casi todos jóvenes de 15 a 25 años, sin camisa y con pantalones cortos, quienes culparon a la policía por la muerte de sus amigos, frente al estupor de los vecinos que se asomaban de sus casas. Las cuadras arboladas contenían el gas lacrimógeno y no dejaban ver los piedrazos, mientras que los vecinos, los manifestantes y los policías lloraban por el irritante disperso en el aire. (Télam)
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