Las heridas dejan marcas, y una vez más los argentinos estamos lastimados. Así y todo, una vez más, sobreviviremos para contarlo. "La situación de convivir con el hecho de que ya nadie cumple con su palabra es la mayor lastimadura que tenemos hoy", reflexiona el psicoanalista Abel Specter, quien por otro lado señala que los seres humanos "tenemos una fortaleza enorme y una capacidad increíble física y mental para afrontar los problemas". Rechazando el aislamiento como forma para esquivar las dificultades o negarlas, Specter rescata el contacto personal y la asociatividad como formas benignas de tolerar la crisis.
Señala que no será fácil romper con una tradición de "creer a toda costa" que nos ha caracterizado a los argentinos: "Tenemos un empecinamiento tremendo en creer en la buena fe de quienes nos dirigen que no será sencillo romper. No podemos pensar que tal o cual político va a salvarnos, hay muchas cosas que podemos hacer por nuestra cuenta", apunta. Aún dudando de que los acontecimientos de las últimas semanas impliquen un quiebre en el modo histórico de los habitantes de estas tierras de procesar las cosas, admite que algunas cosas están cambiando en el país.
Menciona, por ejemplo, algunas señales que dan muestras de ciertas modificaciones en el modo de vivir el esparcimiento, tan necesario para poder soportar los avatares de la existencia. "Ya no veo la idea de las vacaciones a lo grande, eso de que si no me voy a Punta del Este me suicido. Puede ser la Florida, el parque ecológico de Capitán Bermúdez, algún rincón del país desconocido. La gente está invadiendo los parques para tomar mate, jugar con sus hijos, y esto es ni más ni menos que una defensa contra estas cosas que ocurren y que si no fueran estas serían otras".
La fortaleza ante la crisis
El psicoanalista va más allá y se pregunta acerca de las causas que llevan muchas veces a las personas a vivir de modos muy particulares hechos que son parte de la vida: "¿Quién nos dijo que no íbamos a tener problemas? Los problemas son parte de la vida. Hay que rechazar esa idea siniestra, a medio psicológica, a medio supuestamente espiritual, de que si uno tiene problemas va a contraer cáncer, de que hay que estar todo el día sonriendo porque si uno se pone nervioso se va a enfermar. Esas son supercherías. La vida es goce, es dolor, es esperanza. Los seres humanos estamos altamente entrenados física y mentalmente para enfrentar problemas. Si la gente vive en Afganistán o en Biafra, nosotros podemos vivir en Argentina.
Con relación a la tendencia a la sobreinformación, Specter manifiesta: "No me parece que la propagación de noticias traiga necesariamente información pertinente. Además, informarse no cumple una función como la que puede tener ir al mecánico a arreglar el auto. Creo y recomiendo que la gente consuma menos informativos. La saturación no es buena, es como cuando uno pretende explicar psicológicamente todo, y eso reduce el valor de lo psicológico a nada. Hoy, parece que no sólo hay que padecer la realidad sino que como un esclavo en penitencia hay que leer acerca de ella".
¿Qué hacer para sentirse mejor en medio de la crisis? Specter apunta que "la familia, los amigos, el hacerse cargo de los enfermos, el operar sobre lo que podemos operar -cada uno de nosotros tiene un poder tremendo-, unirnos con la gente, con los vecinos en la esquina, recuperar las formas básicas de asociación, de contacto, volcarnos a cosas perceptibles, tiene un pode curativo enorme", y agrega: "Muchos dicen que no pueden hacer nada frente a la dimensión de tal o cual problema pero no me cabe duda de que siempre hay alguien que depende de uno, alguien a quien yo puedo ayudar a sentirse mejor. En ese sentido, las ONG han demostrado tener posibilidades infinitas, hay que recatar esto".
El psicoanalista rechaza de plano el aislamiento como forma de negar o resolver los problemas: "Aislarse es malo desde todo punto de vista. Debemos reconocernos como personas lastimadas y saber que hay cosas concretas que podemos hacer aunque se venga el mundo abajo".