El canciller José María Vernet dijo ayer que la prioridad internacional del gobierno está puesta en explicar que la Argentina no ha repudiado su deuda externa sino sólo ha suspendido los pagos y evaluó que lo ocurrido en el país significa "un límite a determinadas políticas financieras".
"Notamos con preocupación que el tema del default en varias partes del mundo se ha interpretado como repudio de la deuda y no como un estado de emergencia en el cual hemos suspendido los pagos hasta nuevo aviso", dijo Vernet.
Por esa razón "luego de declarada la suspensión de los pagos, no el repudio de la deuda, nos estamos poniendo en contacto con todos los jefes de Estado del mundo para explicar la posición y la situación argentina", añadió.
En una conferencia de prensa que ofreció en la Casa de Gobierno junto con su par español, Josep Piqué, tras una entrevista con el presidente Adolfo Rodríguez Saá, Vernet aclaró que la negociación de la deuda "no va a empezar directamente con los acreedores".
"Nosotros estamos reclamando el apoyo de los gobiernos, y recién después nos sentaremos a empezar a negociar y reprogramar el sistema de la deuda. Sin solicitarlo, ya hemos recibido apoyos telefónicos" de distintos países, agregó.
Anticipó que con ese fin la "próxima tarea de la Cancillería es enviar a todos los líderes del mundo un memorándum con la situación argentina, cómo se produjo, cómo se causó y en qué situación estamos, para evitar el camino de los rumores".
En ese marco, dijo que la visita de Piqué a la Argentina "nació de España y no estaba programada, es muy interesante e importante para nosotros", y expresó que "la reconocemos profundamente como un esfuerzo de hermandad, solidaridad y acercamiento".
Destacó que en las negociaciones "hay que discutir los errores que cometió la Argentina, pero también los errores que cometieron los acreedores", porque "también hay abusos de política, y el hecho que ocurrió en el país es un límite a determinadas políticas financieras".
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La Ciudad
