Crisis mediante, las ofertas para trabajar en el exterior parecen cada vez más tentadoras. Y principalmente si se formulan en Rosario, una de las ciudades más castigadas por la desocupación. Desde julio del año pasado en reiteradas oportunidades aparecieron convocatorias de distintas regiones españolas, sorteos de visas de trabajo en Estados Unidos y ahora Israel e Italia alientan las esperanzas de quienes buscan la salida por las puertas de Ezeiza. A mediados de julio del año pasado el ayuntamiento español de Aguaviva hizo escuchar uno de los primeros llamados. Ofreció 13 puestos de trabajo para obreros con experiencia en la construcción, tareas rurales y choferes calificados para conducir camiones. A sólo 48 horas de lanzada la propuesta la cantidad de interesados en probar suerte en la madre patria multiplicaba por mil los empleos ofrecidos. Y si bien el llamado aclaraba que sólo se requerían trabajadores con alguna experiencia, numerosos profesionales se ofrecieron para cargar ladrillos, levantar cosechas o manejar camiones. Algo similar pasó con el sorteo de visas de trabajo para que los argentinos puedan ingresar legalmente en Estados Unidos. Ni bien se publicó la oferta de 55 mil permisos de trabajo, a mediados de este año, fue tal la expectativa que movilizó que hasta aparecieron gestores que por el módico precio de 50 o 100 pesos se ofrecían a llenar los formularios del sorteo que se realizará en febrero del año que viene. Cuatro meses después, una consultora privada hizo conocer el pedido de una empresa de viñedos italiana que buscaba reclutar personas con experiencia en trabajos de campo. La oferta llegó desde la isla de Cerdeña y estaba destinada a hombres mayores de 30 años con posibilidades de viajar inmediatamente. Otra vez, la cantidad de postulantes superó con creces los puestos de trabajo ofrecidos. De las 800 personas que se presentaron en la consultora, sólo siete lograron llegar a Italia. Israel también lanzó un plan especial para alentar la llegada de judíos argentinos, garantizando a cualquier inmigrante judío de Argentina una ayuda especial. Los beneficios incluyen una asistencia suplementaria de 20 mil dólares para comprar un departamento y un adicional de 2.500 dólares para las necesidades iniciales de radicación. Ahora es la Emilia Romagna la que abre las puertas a los descendientes de italianos que recorrerán, al revés, los mismos pasos que un día dieron sus padres y abuelos.
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