Jerusalén. - Dos atacantes árabes y un soldado israelí murieron ayer en uno de los peores brotes de violencia ocurridos en años en la usualmente tranquila frontera entre Israel y Jordania, informó el ejército israelí. El enfrentamiento, ocurrido durante una emboscada contra una patrulla israelí y la persecución de los atacantes en el río Jordán, resaltó la ausencia de paz en la Tierra Santa, donde la Navidad fue conmemorada en un ambiente sombrío, después de 15 meses de conflicto israelí-palestino. Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad del ataque, en medio de la ira de los palestinos por la decisión israelí de prohibir el peregrinaje anual de Navidad de su presidente Yasser Arafat a Belén.
Al describir el enfrentamiento ocurrido aproximadamente a 15 kilómetros al norte de Cisjordania, un oficial del ejército israelí dijo que el comandante de la patrulla y un atacante resultaron heridos en el tiroteo inicial en un área agrícola ubicada a poca distancia de la frontera. "Reunimos un equipo de búsqueda y fuimos allí a expulsar a los terroristas", dijo el oficial.
Un soldado murió y otros dos resultaron heridos en la batalla posterior, dijo el ejército, agregando que los cuerpos de dos "terroristas armados" fueron encontrados luego dentro de territorio israelí.
El Papa Juan Pablo II dijo en su mensaje de Navidad que llevaba en su "corazón los trágicos problemas de la Tierra Santa". El Vaticano condenó la prohibición israelí al peregrinaje de Arafat al calificarlo de "arbitrariamente impuesto" y trató de convencer al Estado judío para que revocara su decisión. Israel dijo que prohibió que Arafat fuera a Belén, el pueblo venerado como el lugar de nacimiento de Jesús, porque el líder palestino no había arrestado a los responsables del asesinato de un ministro israelí ni a los militantes que llevaron a cabo otros ataques. Funcionarios palestinos dijeron que la medida estuvo orientada a socavar la autoridad de Arafat.
En un discurso televisivo desde Ramalá, el líder palestino acusó a Israel de "agresión continua", después que tanques y helicópteros entraron ayer en la aldea cisjordana de Tammon y arrestaron a varios palestinos a los que el ejército describió como sospechosos de "actividad terrorista". Arafat dijo que su corazón estaba "afligido por la pena" y que Israel había cometido un delito al impedir que "un creyente de Dios y la paz" viajara a Belén
Fuentes de seguridad dijeron originalmente que las fuerzas israelíes penetraron en Jordania para capturar a los atacantes, pero luego aclararon que las tropas cruzaron una valla levantada muy cerca de la línea fronteriza, sin abandonar territorio israelí. Israel y Jordania firmaron un tratado de paz en 1994. Mientras las ambulancias se apresuraban a evacuar a los heridos, un helicóptero israelí disparó fuego de metralla sobre una arboleda hacia la que se creía habían huido los atacantes.
La incursión fue uno de los incidentes de violencia más graves ocurridos en la frontera en años. El ataque más sangriento desde el tratado de paz de 1994 ocurrió en 1997, cuando un soldado jordano mató a siete niñas escolares israelíes en la frontera. En 1996, palestinos armados que se infiltraron desde Jordania mataron a tres soldados israelíes en Cisjordania. Grupos de radicales palestinos han estado detrás de una ola de ataques con bomba contra objetivos israelíes desde el levantamiento contra la ocupación israelí en Cisjordania y Gaza en septiembre del 2000.
El lunes, un colono judío fue gravemente herido durante un tiroteo en una carretera de Cisjordania. Un grupo vinculado a la facción Al Fatah de Arafat dijo que el ataque fue en represalia por la negativa israelí a permitir que el presidente palestino visitara Belén. El tiroteo ocurrió una semana después de que Arafat, bajo una intensa presión internacional para que controle a los militantes que lanzan ataques suicidas en Israel, instó a los palestinos a suspender los ataques en el Estado judío.
Cese de atentados
Mientras tanto, la organización extremista palestina Jihad islámica decidió ayer poner fin "a todas las operaciones militares contra Israel", incluidos los atentados suicidas, al igual que ya lo anunciara el pasado viernes el grupo radical Hamas. "Esta decisión se produce en armonía con la unanimidad nacional palestina, que estipula la paralización de las operaciones militares contra Israel", declaró uno de los líderes del grupo Nafez Azzam. Según Azzam, "el movimiento de la Jihad Islámica afirma su deseo de preservar la unidad de las filas palestinas y, por consiguiente, no podemos convertirnos en una causa de tensión en la escena palestina". Este responsable agregó que esta decisión ha sido adoptada "para no dar a Israel el pretexto de multiplicar sus presiones sobre la Autoridad Nacional Palestina". (Reuters y DPA)