A fines de 2000, el gobierno provincial recibió 638 pedidos de conmutaciones de penas y sólo 251 fueron concedidas. La medida, expuesta en el decreto 3989/00, fue recibida pacíficamente por los reclusos, lo mismo que sucedió cinco meses más tarde cuando en mayo de 2001 otros 300 reclusos fueron alcanzados por una nueva conmutación. Sin embargo, algo muy distinto a lo sucedido un año antes cuando la protesta carcelaria enmarcó el despido del ex gobernador Jorge Obeid. Es que en diciembre de 1999, el por entonces primer mandatario santafesino firmó un decreto de conmutación de penas que alcanzó a 303 reclusos sobre un total de 760 pedidos. Aquel fue el último acto de gestión del gobernador, jaqueado por una masiva huelga de hambre en los penales de Coronda, Las Flores y Rosario, medida que se extendió por 12 días. Los presos solicitaban en aquellos momentos un 30 por ciento de reducción para todos los reclusos con o sin proceso y la recuperación de las dos conmutaciones anuales: la del 25 de mayo y la del 25 de diciembre. En ese marco y al conocerse el decreto 3929/99 que llevaba las firmas de Obeid y su ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, los presos se mostraron disconformes con el alcance de la medida y profundizaron su protesta. Es que "se concedió la conmutación al 50 por ciento de los reclamos y ninguno de los beneficiados logrará salir en libertad", sostuvieron por esas horas representantes de la Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC). El fin de la huelga llegó a través de la mediación de la Pastoral Penitenciaria y la Coordinadora de Trabajo Carcelario que permitieron arribar a un acuerdo de cuatro puntos en los que sobresalía el compromiso de la vuelta al régimen tradicional de dos conmutaciones por año y el de rever los criterios de evaluación de conducta de los detenidos.
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