Los rumores sobre la devaluación del peso provocaron, de hecho, una caída del valor de la moneda argentina a la hora de comprar reales en las agencias de cambio y bancos de Brasil. Por cada dólar el mercado oficial brasileño pagó, el viernes pasado, 2,29 reales, en tanto que en el mercado paralelo se obtenían 2,50 reales por cada unidad estadounidense. Pero la paridad peso-dólar ya no se verifica cruzando la frontera: el diario Jornal Do Brasil de Río de Janeiro informó, en su edición del martes pasado, que por cada peso se pagaba en reales en promedio un 21 por ciento menos que por cada dólar, tanto en las transacciones de cajeros automáticos como en casas de cambio. En otro orden, la castigada situación en Argentina impulsa a adoptar estrategias de última hora en Brasil. La entidad gubernamental que maneja el turismo en Santa Catarina (Santur) y los hoteleros de Florianópolis se vieron forzados a lanzar una campaña de emergencia para atraer turistas de última hora que se inicia el próximo miércoles. La decisión tiene que ver con los acontecimientos en Argentina, que privará de veraneantes a los balnearios de la isla, por lo que lanza a empresarios y comerciantes del sector a reclutar turistas en el sur y sudeste brasileño.
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