Giorgio Raccah
Jerusalén. - Israel confía en una Navidad sin sangre, pero le teme más a la Jihad Islámica que a Hamas en lo que hace a la suspensión de los ataques en su territorio, e insiste en un total cese de la violencia incluso en Cisjordania y la franja de Gaza. En los círculos gubernamentales de Jerusalén, se afirma que el anuncio de los dos movimientos fue impuesto por motivos tácticos, es provisorio y no anula la amenaza del terrorismo que pesa sobre Israel. La ausencia de preparativos, al menos visible, para festejar el próximos Año Nuevo civil refleja este clima, a la que se suman las serias dificultades económicas dominantes. El ministro de Relaciones Exteriores, Shimon Peres, afirmó que Israel "atacará toda «bomba viviente» que esté por realizar un ataque contra Israel", respondiendo de este modo al negociador jefe palestino Saeb Errekat. El dirigente palestino, el viernes, le había hablado por teléfono para anunciarle la decisión de los grupos islámicos y pedirle el cese de las "ejecuciones con blanco predeterminado" de palestinos considerados terroristas por Israel. Errekat dijo que, después del anuncio de los dos movimientos, "la pelota está ahora en campo israelí que debe hacer cesar las muertes, revocar el aislamiento, de ciudades y pueblos palestinos, y volver a la mesa de las negociaciones". Fuentes de la oficina del premier Ariel Sharon, al ratificar que Israel no hace distinciones entre ataques en el interior del Estado y los efectuados contra soldados y colonos en los Territorios, porque ambos deben cesar, dijeron que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) debe satisfacer toda una serie de condiciones antes de que se pueda hablar de una reanudación del diálogo político. Además de su detención Israel quiere que los palestinos, acusados de terrorismo, sean interrogados para descubrir otros cómplices, procesados y condenados. La ANP debe cesar "toda actividad subversiva" contra Israel y proceder al secuestro de armas ilegalmente obtenidas, para entregarlas a representantes norteamericanos. Hamas y la Jihad islámica, responsables de todos los atentados suicidas que afectaron a Israel, desde 1996 en adelante, dijeron que la suspensión de los ataques es temporaria y que se hace para conjurar una guerra civil entre palestinos, y no se extiende a soldados y colonos de los Territorios donde sigue adelante una "legítima resistencia a la ocupación". La posición de la Jihad islámica parece más ambigua, porque el anuncio sobre la suspensión de los ataque fue desmentido en Damasco por su dirigente político, Ramadán Abdullah Shalah, para quien el objetivo del movimiento "es la continuación de la lucha y de la resistencia". Una desmentida análoga llegó de parte del representante de la organización en Beirut. Los funerales de los seis palestinos muertos el viernes en el campo de refugiados de Jabaliya, franja de Gaza, en el curso de violentos enfrentamientos entre policías palestinos y manifestantes integristas, se desarrollaron ayer en calma, aunque una de las procesiones se transformó en una nueva demostración de protesta contra las detenciones realizadas por la ANP. Para uno de los mayores exponentes de Hamas, en la lista de las personas detenidas, el jeque Abdel Aziz Rantisi, surgió una solución de compromiso: se lo puso en detención domiciliaria bajo la vigilancia de la policía pero no se lo interrogará ni se lo procesará. (Ansa)
| Un palestino camina junto a un blindado judío en Nablús. | | Ampliar Foto | | |
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