| | cartas No todo está perdido
| Una carta publicada no hace mucho tiempo hacía referencia a uno de los tantos geriátricos que hay en Rosario. Por supuesto, esta carta va a confirmar un poco lo que en aquella decía. "No todo está perdido". Digo esto ya que en nuestro caso, nuestra madre que enfermó hace ya dos años quedó postrada en una silla de ruedas y por ende no podíamos atenderla como ella lo necesitaba. Por eso un día hablamos con el doctor Guillermo de Larrechea y nos explicó cómo era el funcionamiento del geriátrico que él dirigía. Nosotros que en algún momento de nuestras vidas dijimos que nunca la pondríamos en un hogar tuvimos que hacerlo por el simple hecho de que ella necesitaba otro tipo de atención que la que podíamos brindarle. De ahí en más el papel que jugaron las enfermeras, auxiliares, mucamas, y todo el personal en general, además del médico, fue excepcional. Nuestras fantasías sobre lo que era un geriátrico se esfumaron en poco tiempo. Entonces no pongamos a todos en una misma bolsa y confiemos que nuestros queridos viejos pueden estar en un lugar donde los atiendan, quieran y respeten, después de haber dado todo en su vida, y así descansar como ellos se merecen. LC 3.580.587
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