Año CXXXV
 Nº 49.338
Rosario,
sábado  22 de
diciembre de 2001
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Odisea en un colectivo que viajaba de Carcarañá a Rosario
Tres asaltantes suben a un micro en la ruta 9 y roban a 13 personas
Los ladrones tomaron el ómnibus en Funes y obligaron al conductor a desviarse en Eva Perón al 9700

Ariel Etcheverry

Eran casi las once de la noche del jueves y el micro de la empresa Monticas que provenía de Carcarañá retornaba nuevamente a la ruta 9, dejaba atrás Funes y se acercaba a Rosario. El chofer apagó las luces del interior del coche para encarar la última parte de su recorrido interurbano que culminaría en la plaza Sarmiento. Pero tres delincuentes que se habían mezclado entre los pasajeros transformaron el viaje en una verdadera pesadilla que finalizó cuando hicieron desviar el colectivo hacia una zona oscura del oeste rosarino y se apoderaron de dinero y todo objeto de valor que llevaban las víctimas. Nadie resultó herido, pero la situación fue de extrema tensión porque fueron amenazados de muerte mujeres y niños y una de las pasajeras sufrió un desmayo a causa de los nervios.
Marcelo Morelli, el conductor del micro, se lamentaba ayer por lo sucedido. En sus 14 años como colectivero ésta fue la primera vez que sufrió un asalto, y precisamente en el día de su cumpleaños. El chofer, de 36 años, cumplía la última vuelta del día.
Alrededor de las 22.30 el coche ingresó a Funes, donde levantó a varias personas. Los delincuentes subieron en la esquina de Elorza y la ruta nacional 9. Eran jóvenes, de no más de 20 años. Vestían remeras, pantalones cortos y bermudas. Sin llamar la atención del chofer pagaron sin ningún inconveniente el boleto correspondiente para viajar a Rosario.
Después se ubicaron en distintas butacas. Cuando el micro ya había salido a la ruta, Morelli apagó las luces interiores. "Como es un servicio nocturno siempre se acostumbra dejar oscuro adentro para tener mejor visibilidad en la ruta", contó el trabajador. "Además lo hacemos por seguridad por lo que pasaba con los saqueos y para que no nos arrojen piedras", agregó. El colectivo avanzaba con absoluta normalidad hasta que quince minutos después llegó al complejo Parada Franca.
Morelli no advirtió nada raro hasta que alguien se puso en cuclillas a su lado y le pidió que encendiera las luces. Entonces comenzaron los gritos de la gente y de los propios asaltantes. El hombre que se ubicó al lado del chofer le apuntaba con un arma y le pedía a recaudación, mientras que en el medio y en la parte trasera del micro los otros dos cómplices comenzaban a saquear a los pasajeros.
El chofer sólo tenía 30 pesos porque la unidad posee una caja de seguridad. Los que sufrieron la peor parte fueron los pasajeros que fueron despojado de sus pertenencias mientras el ómnibus se desplazaba por la ruta. Entre ellos estaban una mujer y un niño que se dirigían a la terminal para viajar a Córdoba. Les sacaron todo el dinero y hasta ropa.
También se encontraban tres hombres a los que les sustrajeron los aguinaldos completos que habían cobrado ese mismo día. Uno de los momentos más tensos fue cuando uno de los maleantes se dirigió a tres mujeres que viajaban con un bebé y una nena de 8 años, a la que apuntaron con un arma.
Según fuentes policiales, el monto de lo robado superaba los 500 pesos, además de ropas y bolsos. Pero mientras las víctimas eran saqueadas, los maleantes discutieron entre ellos sobre el momento indicado para detener el rodado. Uno le gritó a Morelli que se detuviera unos metros antes del arroyo Ludueña, pero otro se oponía y prefería continuar un poco más adelante. "No se ponían de acuerdo entre ellos, hasta que el que estaba en el medio me ordenó que doblara en una calle antes de Alvarez Condarco. No pude hacerlo porque venía medio rápido y el colectivo se podía volcar. Eso lo puso muy nervioso y gritó que doblara en la próxima porque me iba a matar", relató el chofer.
El micro giró por Alvarez Condarco (Eva Perón al 9700) hacia el sur y a unos cien metros de la ruta se detuvo. El chofer y los pasajeros, unas doce personas en total, fueron llevados hacia la parte trasera. Antes de marcharse, las ladrones tomaron las llaves del motor.
En ese momento se produjo otro momento dramático, cuando uno de los pasajeros intentó reducir a un ladrón (ver aparte). Después los ladrones salieron corriendo en dirección al country del Jockey Club y abordaron un Fiat Duna gris que los esperaba. El asalto es investigado por la seccional 17ª.



El chofer Morelli cumplía la última vuelta de su turno.
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