Aldo Baquis
Tel Aviv. - El anuncio de Hamas sobre la suspensión de los ataques suicidas, llegó al concluir una dura pulseada entre el liderazgo de Hamas en los Territorios y el de la diáspora. Incluso el jueves un exponente de la segunda corriente, Khaled Meshal, excluyó que Hamas pudiera aceptar limitaciones en la lucha armada. El jueves, emisarios de la Autoridad Nacional Palestina obtuvieron del jeque Ahmed Yassin en persona el compromiso de detener las bombas humanas, lo que para el líder palestino Yasser Arafat fue un logro importante. Respondiendo a las presiones cada vez más enérgicas que provenían de Israel, EEUU y Europa, el presidente palestino ordenó numerosas detenciones de militantes islámicos, hizo cerrar distintas instituciones y no vaciló en ordenar que se abriera fuego contra los que parecían no querer aceptar su decisión de hacer respetar el cese del fuego. Aunque limitado a Ramalá (donde medios blindados israelíes siguen controlando sus desplazamientos), Arafat demostró al premier Ariel Sharon que el apelativo de que "no es más relevante" que le aplicó es por lo menos prematuro. De esto parece estar convencido el ministro de Relaciones Exteriores Shimon Peres que, en una serie de contactos discretos con exponentes palestinos, está tratando de elaborar una nueva iniciativa, en la esperanza de poner fin a la violencia y retomar el diálogo. Según los periodistas israelíes, Peres propone a los palestinos proclamar enseguida un Estado independiente en Gaza y en el 40% de Cisjordania. Luego, la dirección palestina negociará con Israel el estatus del resto de Cisjordania, de las colonias y de Jerusalén este, y la cuestión de los refugiados. Entretanto, Arafat envió ayer a Tel Aviv, a una reunión del partido laborista, al profesor Sari Nusseibeh, el encargado de la cuestión de Jerusalén. Considerado una "paloma" entre los palestinos, por oposición a los más duros, Nusseibeh sedujo al público y arrancó grandes aplausos cuando sostuvo que en conjunto "israelíes y palestinos son los mejores aliados los unos de los otros". "Piensen un momento: vuestros amigos norteamericanos y sus hijos no deberán vivir jamás aquí. Tampoco nuestros amigos, marroquíes o afganos y sus hijos vivirán jamás aquí. Sólo nosotros los palestinos y los israelíes, concluyó, tenemos un interés primario en encontrar un entendimiento que permita a todos vivir en paz". (Ansa)
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