Para el historiador José Ignacio García Hamilton, la movilización popular de estos días resulta "inédita" y la atribuyó a "una reacción contra el estado de sitio, al que la gente enfrentó en la calle y sin miedo". Para el psicólogo Juan Volnovich, docente de la Universidad de Buenos Aires, el cacerolazo tuvo "el paradigma de lo imprevisible: todos sabíamos que iba pasar, pero cuando ocurrió nos sorprendió como un baldazo de agua fría". García Hamilton sostuvo que "los saqueos no fueron espontáneos" y comparó al cacerolazo de anoche con el 17 de Octubre, aunque lo diferenció al decir que aquella movilización fue encarada por las "clases populares y con un claro propósito político". "La movilización del 21 de septiembre de 1955 también fue un acto masivo, en el que participaron las clases medias y altas que rechazaban al peronismo y festejaban con regocijo el retorno de las libertades", añadió. También sostuvo que "la mañana en que se apoyó la toma de Malvinas fue un hecho policlasista y con una clara intención xenófoba contra la ocupación de una nación extranjera". Respecto del Cordobazo, García Hamilton recordó que allí intervinieron "estudiantes y gremios combativos", también con un claro objetivo político. En tiempos más cercanos, lo igualó con las protestas del Mayo Francés de 1968, debido a que la encabezaron los estudiantes, contra Charles De Gaulle, y obtuvieron el apoyo de las clases medias. El psicólogo Volnovich sostuvo que "en estos casos, la masa adquiere conciencia de su propio poder y se advierte que el poder no está alienado y uno no sólo obedece, sino que también se pueden tomar decisiones desde lo personal", manifestó. "A este hecho ahora nadie lo puede evaluar en su totalidad -explicó-, en unos años vamos entender si fue marcante para la historia. Sólo en el futuro vamos a ver retrospectivamente qué impacto tuvo esto". "En el futuro -concluyó- veremos si de esto surge una reorganización fascista o un cambio progresista y allí podremos decir que todo empezó ese día".- (Télam)
| |