| | Los peronistas y sus internas deben enfrentar varias amenazas
| Omar Bravo
El 15 de octubre La Capital dijo que, en términos borgeanos, el peronismo se había alzado con una victoria electoral que fue casi un abuso estadístico, pero que su revival electoral también le colocaba sobre sus espaldas una inmensa mochila de responsabilidad, la de garantizar la gobernabilidad. La dinámica de la crisis y especialmente la luctuosa jornada de ayer en la Capital Federal transformaron ahora al PJ en el protagonista central, casi único responsable del futuro político argentino. El enorme tema a resolver, la sucesión de De la Rúa, vuelve a acercar al peronismo a la mayor amenaza que se cierne sobre su interna apenas contenida y que es la probable explosión de sus variopintos matices ideológicos y de intereses concretos. Igual que la doctrina jurídico-constitucional, dirigentes y candidatos peronistas tienen por lo menos dos preferencias para el reemplazo presidencial: una, que considera que la Asamblea Legislativa debe elegir a un dirigente que complete el período que De la Rúa deja vacante. En esa perspectiva, el primer candidato es casi cantado, el misionero Ramón Puerta. Le siguen las nominaciones de Eduardo Duhalde y la del puntano Adolfo Rodríguez Saá. Pero hay otro sector que ayer, de manera enfática, señalaba su preferencia por un llamado a elecciones para que el nuevo presidente asuma con amplio respaldo popular. Ayer a la tarde Duhalde dijo que la crisis no da para un llamado a elecciones y que es mejor que quien elija la Asamblea Legislativa complete los dos años, sin posibilidades de presentarse a los comicios del 2003. El bonaerense volvió a operar a full con sus mejores espadas en el Congreso, Eduardo Camaño, José María Díaz Bancalari y Humberto Roggero, alejado de la órbita de José Manuel de la Sota. Anoche en San Luis, Rodríguez Saá, casi eufórico, esbozó un plan cuya primera medida sería suspender los pagos de capitales e intereses de la deuda externa. En cuanto a Puerta, en el Congreso se sostiene que es el candidato con mejor perfil para la emergencia y hasta se anticipa que podría contar con el respaldo de los radicales en la Asamblea Legislativa. Hace una semana, cuando este diario le hizo una entrevista, se le preguntó cómo se sentía ante la posibilidad de tener que asumir el poder si De la Rúa renunciaba. "La ley de Acefalía vigente es muy clara, en 48 horas hay que convocar a la Asamblea Legislativa. Serán las 48 horas más largas de mi vida", respondió sonriente. Anoche, comentarios recogidos en San Luis y Buenos Aires indicaban que los máximos dirigentes peronistas tomaron nota del peligro a que se exponen si dan rienda suelta al internismo, y comenzaron a dar pasos hacia el consenso interno, con la elaboración de un plan de gobierno en primer término. Ese será el primer fantasma que el PJ debe espantar de cualquier forma si no quiere malversar la esperanza que el electorado volvió a depositarle en octubre.
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