Mohamed Alí, cuyo nombre de pila era Cassius Clay, ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1960, en Roma, y sorprendió al mundo del boxeo cuando le arrebató a los 22 años, en 1964, el título de campeón de los peso pesados al aparentemente invencible Sony Liston. Durante los siguientes diez años, Alí conoció a Malcolm X, se convirtió al islam, cambió su nombre, se negó a pelear en la guerra de Vietnam, perdió su título de campeón y lo volvió a recuperar. El boxeador logró hacer desaparecer las barreras entre el deporte, la política y la cultura. Para aquellos no familiarizados con la leyenda negra, Cassius Clay era, en sus inicios, un boxeador extremadamente rápido y fuerte. Para su desgracia o fortuna, también gustaba de hablar mucho; era un bocón. Esto le trajo varios problemas, muchos de ellos solucionados a golpes en el cuadrilátero, lo que le valió el convertirse en el campeón mundial y en un modelo a seguir. Alí fue el más grande definitivamente; hace unos años se filmó un documental que ganó un Oscar, que todo fan debiera ver: "Once We were Kings". Por la cinta desfilan personajes hoy históricos como Sonny Liston, Joe Frazier, Malcolm X y hasta el mismo Don King. Hoy libra su más grande batalla: el mal de Parkinson. En sus años de gloria Alí se llamaba a sí mismo El Mejor y fanfarroneaba abiertamente dentro y fuera del cuadrilátero. Un libro biográfico, "Rey del mundo", retrata en sus páginas la conversión de aquel joven y apuesto boxeador en la encarnación del nuevo hombre negro. Según el guionista del filme sobre Alí, Eric Roth, la cinta será motivo de críticas, y explicó: "Creo que resultará muy controvertida. Es una película sobre Alí y sus convicciones. Su nombre continúa teniendo gran peso en la sociedad estadounidense".
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