Tel Aviv. - Israel comenzó a retirar a sus tropas de Ramalá, y la organización integrista Hamas afirmó que no detendrá los atentados suicidas. Al mismo tiempo, se acentúa en los Territorios la presión ejercida por el presidente palestino Yasser Arafat sobre los grupos integristas islámicos, en tanto un palestino murió en un enfrentamiento con tropas israelíes en Cisjordania y once fueron detenidos.
A la luz de estos hechos, se modifican las perspectivas de la misión de Anthony Zinni, enviado personal a Medio Oriente del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell. El premier israelí Ariel Sharon envió ayer una carta al presidente George W. Bush en la que ratificó la importancia que Israel da a esta misión. Fuentes palestinas, por su parte, fueron informadas de que Zinni podía regresar a la región inmediatamente después de las fiestas navideñas.
Medios blindados israelíes dejaron los barrios periféricos de Ramalá -donde se estacionaron el 4 de diciembre tras varios atentados suicidas- aunque permanecen todavía a 300 metros de la oficina de Arafat. Otros blindados tomaron nuevas posiciones más distantes del centro de Nablús y, en la noche, fuentes israelíes refirieron que se trata de normales "posicionamientos de tropas", carentes de un real significado político. Pero estos hechos se produjeron al día siguiente de un enfrentamiento entre responsables israelíes y palestinos, en defensa de los cuales se discutieron medidas adecuadas para desacelerar la tensión.
En este contexto la radio militar anticipó que en ocasión de la misa de Navidad Israel permitirá a Arafat dejar Ramalá y viajar a Belén como él desea. El trasbordo debería producirse mediante un helicóptero jordano, después de que tres helicópteros del presidente palestino fueron destruidos por la aviación israelí a principios de mes. Por su parte, Arafat trata en estos días de impedir nuevos estallidos terroristas y muestra que quiere limitar el espacio de maniobras de los integristas de Hamas.
Un líder de esta organización, Khaled Mashal, desmintió desde Beirut que se haya decidido la suspensión de los ataques suicidas en territorio israelí. Pero en los Territorios un dirigente de Hamas, Abdel Aziz Rantisi, se encontró en la noche del miércoles en dificultades cuando agentes palestinos se acercaron a su casa para detenerlo.
Escudo humano
La población del barrio, alertada desde las mezquitas, hizo un escudo humano, hubo disparos que provocaron heridas a siete personas (cinco civiles y dos agentes), y leves daños al automóvil del jefe de inteligencia palestino, Amin al-Hindi. Los nervios, en Gaza, están a flor de piel y, en este contexto, unos treinta exponentes políticos y sindicales palestinos publicaron una proclama en la que advierten de los riesgos de una guerra civil y piden a Arafat que no realice "detenciones arbitrarias" de ciudadanos palestinos, "sólo para aplacar a Israel y EEUU". (Ansa)