Año CXXXV
 Nº 49.336
Rosario,
jueves  20 de
diciembre de 2001
Min 19º
Máx 29º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





El estallido. Máxima tensión y un intensa pedrada en Lamadrid y Grandoli
Fuertes enfrentamientos y múltiples saqueos en la zona sur de la ciudad
Desocupados ingresaron a comercios y se llevaron lo que pudieron. Corridas y disparos en las calles

Diego Veiga

"No puedo más, me destruyeron. Pero me voy a armar y al que vuelva lo bajo, te juro que lo bajo". Desesperada, con un palo de amasar en la mano y los ojos llorosos, una mujer no podía creer que sus vecinos le acababan de destrozar la puerta del negocio para saquearlo. Unas cuadras antes, la escena fue diferente pero igual de desgarradora. "Tengo hambre y siete chicos a los que no les puedo dar nada", alcanzó a confesar una joven en la puerta de La Reina de San Martín y Ayolas, justo antes de que la policía irrumpiera a los tiros y dispersara a la multitud que la acompañaba. Así estuvo ayer la zona sur, un territorio en el que todos pelearon contra todos y el común denominador fue la desesperación.
La tensión social se convirtió en estallido y la crisis en el sur dio sus primeros pasos en San Martín y Batlle y Ordóñez. Habían pasado pocos minutos de las 14 cuando unas 120 personas irrumpieron en el supermercado El Unico, rompieron las ventanas y se llevaron lo que pudieron.
Mientras tanto, en San Martín y Ayolas, más de un centenar de personas se congregó en las puertas de La Reina para reclamar comida. "Tengo hambre, hace cuatro días que no como y ya no puedo aguantar más", confesó Eva al tiempo que sus vecinos de barrio La Tablada reclamaron la entrega de bolsones.
Su relato se interrumpió bruscamente. Once móviles del comando aparecieron a toda velocidad con las ventanas bajas, las escopetas al viento y una seguidilla de estampidos. Hubo corridas, gritos y balazos de goma. Allí comenzó otra historia. Las persecuciones y los patrulleros acelerando a fondo se multiplicaron por las calles del barrio, casi al mismo tiempo en que los vecinos cerraron las ventanas y corrieron a protegerse.
En Saavedra y Juan Manuel de Rosas un pequeño supermercado no alcanzó a cerrar. Un grupo de personas entró y se llevó lo que pudo. Es más, hasta saqueó la caja registradora. "Es un comerciante buenísimo, no se merecía que le hicieran esto", se lamentó una vecina.
Mientras tanto, tres efectivos resistieron como pudieron el embate de unas 150 personas en Lamadrid y Grandoli. Hasta allí habían llegado a auxiliar a un comerciante que intentaba llevarse la mercadería de su negocio cuando quedaron rodeados. Alguien cruzó un auto en la calle y los refuerzos demoraron en llegar. La lluvia de piedras fue intensa hasta que la Infantería llegó y respondió con otra lluvia, pero de balas de goma y de las otras.
Así estuvo ayer la zona sur, un territorio en el que todos pelearon contra todos y el común denominador fue la desesperación.



En San Martín y Ayolas la gente se autoconvocó.
Ampliar Foto
Diario La Capital todos los derechos reservados