Omar Bravo
"Lo único que tiene prohibido el peronismo es cogobernar", dijo anoche a La Capital uno de los más altos dirigentes que tiene el principal partido opositor, minutos antes de que el presidente Fernando de la Rúa firmara el decreto del estado de sitio. La definición es apropiada al PJ en su versión actual y es la única que unifica a todos los sectores: ninguno quiere cogobernar. Ayer, cuando la crisis llegó a su pico más dramático, senadores, diputados, gobernadores evidenciaron sus diferencias. El bloque de diputados nacionales, con la polenta nueva que le dan sus vicepresidentes, José María Díaz Bancalari y Jorge Obeid, cumplió con creces el quórum y se dedicó a derogar las facultades delegadas al Poder Ejecutivo (los superpoderes) y a sacar a los salarios de la bancarización forzosa. Los senadores nacionales acompañaron ambas medidas pero querían también tratar el proyecto de presupuesto, algo que sus compañeros de la Cámara baja ni mencionaron siquiera. También el estado de sitio dividió aguas, porque los senadores lo aceptaron y los diputados no. "En el fondo, con este disenso entre nosotros, le estamos dando una semana más", reconoció una legisladora antes de ingresar al encuentro conjunto donde las conducciones del PJ de las dos Cámaras discutían anoche sobre la gravedad de los hechos producidos ayer y sobre los días calientes que se avecinan. Muchos de los presentes, también mencionaron ese lapso: una semana. Ante la cantidad de calamidades que en forma de rumor llegaban, una fuente inobjetable dijo que el presidente provisional del Senado, Ramón Puerta, habría dicho: "Yo convoco la Asamblea Legislativa en dos minutos, no en dos días. Pero nada más, no me quedaré con lo que no es mío". Fue -dijeron- su respuesta para quienes lo alientan a hacerse cargo directamente de la conducción. Ninguno cree que el problema que se le vino encima a la clase política se soluciones con Domingo Cavallo adentro. "Cavallo es parte del problema; a él ya no le cree nadie", señalaron. Un senador que vio al ministro de Economía por la mañana, contó que Cavallo le dijo que "el problema de fondo era la debilidad de De la Rúa", y, para la sorpresa del legislador del PJ, el ministro le deslizó su increíble deseo de "seguir en su puesto, ya con un presidente peronista". Nadie sabía anoche el paradero de Cavallo, pero en el peronismo creen que el ministro todavía tiene dos cartas a favor: por un lado, De la Rúa parece dispuesto a mantenerlo, y por el otro el canciller Rodríguez Giavarini, a quien se daba como su seguro sucesor, respondió que antes de ir a Economía prefiere regresar a su casa. Otro legislador que había participado temprano del besamanos en la Casa de Gobierno con motivo de las fiestas de fin de año, relató su impresión del encuentro con un diálogo a cuyo término los diputados y senadores que lo escuchaban rompieron en carcajadas. "¿Viaja igual presidente?", le preguntó sobre su programado periplo a Uruguay, a la cumbre de mandatarios del Mercosur. De la Rúa le respondió que sí, pues creía que la situación se iba a tranquilizar. Un momento después, agregó: "Eso sí, si hay problemas, me quedo". El bingo lo cantó el consejo nacional justicialista -lease el ex presidente Carlos Menem-, con su documento de críticas a granel hacia la incapacidad del gobierno para manejar la crisis, pero exhortando a todo el peronismo a apoyar al Poder Ejecutivo ante la zozobra institucional.
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