Monseñor Eduardo Mirás concurrió en la tarde de ayer a la convulsionada Villa Banana para interceder en los desbordes sociales cuando la tensión estaba al máximo. Tras el diálogo que entabló con un grupo de manifestantes, el arzobispo de Rosario se retiró con un mensaje categórico: "El gobierno tiene personas pagas para atender la necesidad de comida que hay en la gente", dijo. Y agregó: "Este momento de catástrofe se soluciona con la creación de puestos de trabajo y no con el sufrimiento de los que menos tienen". Mirás escuchó el reclamo de la gente y recorrió unas cuadras del barrio tras haber intercambiado un diagnóstico de la situación junto al jefe de policía de la URII, Jorge Pupulín. "Les pido a los que tienen la responsabilidad de distribuir las cajas alimentarias que las lleven con la urgencia y la rapidez que esto requiere", fue su mensaje.
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