Año CXXXV
 Nº 49.336
Rosario,
jueves  20 de
diciembre de 2001
Min 19º
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cartas
Al doctor De la Rúa y Domingo Cavallo

Por intermedio de La Capital me dirijo públicamente a ustedes para que adviertan y tomen conciencia de que, a pesar de las confusas, dificultosas y traumáticas medidas económicas que han llevado a cabo, en estos días y venideros, sin el consentimiento democrático del pueblo que ustedes gobiernan, se ha producido y desencadenado un detrimento en la actividad de la población, en cuanto a asistencia a las horas de trabajo y permanencia en el mismo, debido a la infraestructura bancaria y al déficit de cajeros automáticos, ante todo. Pero más inquietante, dramático y frustrante aún es el gran deterioro y declive psico-físico-emocional que todo esto está provocando y desencadenando en el ciudadano, en el trabajador, en el asalariado y por sobre todo en las personas adultas mayores, jubilados, pensionados, abuelos, inadmisible e injustificable. Todo esto, implementado tal cual lo es, perjudica el rumbo, la organización y la estructuración de un país que está ya en terapia intensiva, con un diagnóstico reservado y que aún ustedes proyectan y animan rescatar y salvar del derrumbe final: paradigma y contradicción de gobernantes infieles al pueblo y con una carencia y ausencia de ética y moral. ¿Hasta cuándo?
Doctor Sergio R. Garfinkel


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