La gran final de la Copa Mercosur entre San Lorenzo y Flamengo de Brasil, que debería haberse disputado anoche en el estadio Nuevo Gasómetro, fue suspendida ayer por la grave convulsión social, agravada con masivos saqueos a comercios, especialmente supermercados, en prácticamente todo el país. La información fue suministrada a los medios por Gustavo Miele, hijo del todavía presidente de San Lorenzo, Fernando Miele, quien dijo que se tomó la drástica determinación tras hablar con el secretario de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF), Eduardo Deluca. "El partido está suspendido y ya se lo comunicamos a los planteles. Hablé con Deluca y convenimos en que el espectáculo no podía realizarse en tan delicadas condiciones sociales", añadió el directivo. Cerca de una hora antes, a las 17.30, Fernando Miele había dicho que la concreción del partido no corría peligro, tras mantener una corta reunión con uno de los responsables policiales de la seguridad del espectáculo. "Estamos esperando de un momento a otro la directiva institucional de la suspensión del partido", dijo más tarde Gustavo Galera, a cargo del dispositivo de seguridad. Minutos después, Gustavo Miele confirmó la suspensión o postergación del encuentro que iba a disputarse a las 21.10 de anoche, ante más de 50 mil personas en el estadio Nuevo Gasómetro, ubicado en el Bajo Flores de la Capital, justo enfrente de una villa de emergencia.
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