El repartidor de cigarrillos llegó como de costumbre al minimercado de barrio Belgrano: con un custodio privado que lo acompaña y cuida durante los repartos. Pero bastó que el vigilador bajara la guardia para comprar un par de facturas en ese lugar para que aparecieran dos delincuentes en bicicleta. Uno de ellos redujo al cigarrero y le robó algo de dinero, mientras el otro irrumpió a los tiros dentro del negocio e incomprensiblemente disparó a quemarropa dos balazos contra el custodio. Una bala no dio en el blanco, pero la otra se desvió al impactar en los documentos que el hombre guardaba en el bolsillo izquierdo de su camisa y le atravesó el brazo.
Fue un asalto violento que nada tuvo que ver con los episodios de saqueo que saturaron distintos barrios de la ciudad durante la jornada de ayer.
La víctima, Héctor Marcial Moreno, sólo sufrió una herida leve en el brazo izquierdo. Poco después la policía detuvo a uno de los presuntos ladrones, pero el otro logró escapar aparentemente con el arma de fuego en su poder. El episodio sucedió el martes a las 9.30, pero recién trascendió ayer. El lugar donde ocurrió es un pequeño mercado de Barra al 1800, en la zona oeste de la ciudad, propiedad de Juan Angel Martínez y su mujer Elvira. La pareja maneja el local desde hace 16 años y con el asalto del martes ya son 15 los robos a mano armada que sufrieron.
Por una distracción
Todo comenzó con la llegada al local del proveedor de cigarrillos. El repartidor arribó en una camioneta que tenía impreso el logo de la marca Derby. Martínez contó a La Capital que la distribuidora contrató desde un tiempo personal de custodia que escolta a las camionetas debido a los numerosos asaltos que sufrían a diario. Esa función era la que cumplía Héctor Moreno, quien siempre trabaja con el uniforme de la empresa privada. "Todo fue una cuestión de segundos; una distracción", comentó el comerciante.
Al llegar al negocio con el cigarrero, Moreno entró a la granja y se dirigió hacia el mostrador para comprar tres facturas, una rutina que cumplía cada vez que pasaba por allí. "Siempre compraba dos o tres facturas y salía de nuevo a la calle", contó Martínez. En ese instante, y mientras el repartidor preparaba la mercadería, aparecieron dos muchachos en bicicleta. Uno apretó al cigarrero y le robó algo de dinero, pero el otro tuvo una reacción incomprensible.
El ladrón irrumpió en el local a los tiros, sin pronunciar palabra. Elvira, que estaba detrás del mostrador atendiendo a Moreno, se tiró cuerpo a tierra y se fue gateando hacia atrás en busca de seguridad. Su pareja se arrojó hacia un costado y se cubrió detrás de unas estanterías. El vigilador no tuvo tiempo de nada. Una bala le pasó a centímetros y atravesó la conservadora de fiambres. Otro proyectil le pegó en el bolsillo izquierdo de su camisa, donde tenía guardado los documentos y milagrosamente se desvió unos centímetros para terminar atravesando su brazo y quedar incrustada en una heladera.
"Después salieron corriendo, dejaron la bicicleta tirada", señaló el comerciante. Fuentes de la Unidad Regional II indicaron que efectivos del Comando Radioeléctrico encontraron a uno de los sospechosos en pasaje Aguilar y Larrea y lo detuvieron. Se trata de Claudio Sebastián Valenti, de 20 años, quien quedó detenido en la seccional 14ª. Las fuentes consultadas admitieron que el joven estaba desarmado al momento de ser arrestado. El otro delincuente permanece prófugo.
La Ciudad
