Apostar a la escuela como lugar de contención y prevención de la delincuencia juvenil es la conclusión a la que arribaron alumnos de la Escuela Nº6.430 Isabel la Católica luego de un trabajo de investigación escolar.
Estos chicos tienen entre 14 y 16 años y acaban de terminar la etapa obligatoria de la escolaridad básica, en la escuela ubicada en Ayolas y Grandoli. Durante el año, a partir de una de las materias de estudio, se propusieron indagar sobre la delincuencia protagonizada por menores y los temas que se relacionan de cerca con esta problemática. "Esto permitió reconocer a la escuela como la oportunidad para alejarse del delito, como el espacio contenedor al que el Estado debe apostar", según concluyó el profesor de formación ética y ciudadana, Carlos Cárdenas, coordinador de esta iniciativa.
La elección del tema no fue casual. "Los chicos se preguntaron por qué a todos los pobres se los asocia con la delincuencia y por qué las zonas carenciadas, como aquella donde ellos viven, son ligadas fácilmente con los delincuentes", dijo Cárdenas al referirse a los inicios de este trabajo.
Tal como relata el docente, intentar responder a estos interrogantes abrió la necesidad de profundizar el diálogo con los alumnos y a la vez buscar información en distintos medios. "Decidimos trabajar el tema desde los diarios, en este caso con La Capital, Clarín y La Nación, para recopilar la información necesaria". A esta primera etapa le siguió la clasificación de lo recogido, más otras entrevistas realizadas a un juez de menores, a una psicóloga y a un abogado de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, además de otros testimonios.
Luego se sumaron los relatos y opiniones de los propios alumnos, que quedaron registradas en un video, donde se intercalan partes de programas televisivos que toman la delincuencia juvenil con la palabra de los estudiantes: "Salen a robar para conseguir drogas, y esos son los más peligrosos porque no respetan a nada ni nadie, no tienen amigos ni familia y ponen caños para conseguirla", afirma una de las alumnas sobre lo que considera la principal causa por la que un joven puede delinquir.
De acuerdo a lo que concluyen estos chicos, "hay diferencias -sin justificar el delito- entre el que roba porque quiere darle de comer a su familia y aquel que lo hace para conseguir droga". También opinan que "estos jóvenes sienten desprecio por la vida". Otros de los datos que arrojan a través de sus impresiones es que "la policía suele considerarlos delincuentes por el sólo hecho de vivir en una villa o en un barrio marginado", una de las razones por las que se sienten víctimas de los prejuicios sociales.
Reflexionar sobre su propia realidad y conocer los mecanismos de la justicia fueron algunos de los objetivos de este trabajo. Pero, también el maestro Cárdenas manifestó su preocupación por el futuro de los alumnos que terminaron el 9º año: "No puedo hacer futurología, pero siento angustia al pensar qué harán ahora que dejan la escuela. Ellos aún la reconocen como un espacio que los protege, como un lugar de contención".
Extender la obligatoriedad
A pesar de que desde Educación provincial se afirme que quienes terminan el 9º año de la EGB tienen su banco asegurado en el polimodal, para este docente la cuestión no es tan simple. "El factor económico es determinante en las posibilidades para que estos chicos sigan el polimodal, y no siempre se encuentra un banco en las escuelas cercanas a sus hogares", dice Cárdenas. De hecho cuando se consulta a los alumnos quiénes seguirán el polimodal el próximo año, no todos aseguran poder hacerlo.
Sobre este tema, el profesor consideró que "lo ideal sería que en educación se planifique a largo plazo, y se contemple la construcción del polimodal en estas escuelas, que son un referente y un refugio para los jóvenes en riesgo, de manera de extender la obligatoriedad hasta los 18 años, una edad menos vulnerable al delito".