Año CXXXV
 Nº 49.334
Rosario,
martes  18 de
diciembre de 2001
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Opinión
Hay que pensar en el 2002

Javier Parenti

"La verdad es que esperaba lograr mejores resultados con este equipo", fue una de las frases de Juan Manuel Llop tras la derrota de Newell's en cancha de Chicago, y a ella es importante analizarla para darse cuenta cuál es la realidad de este presente rojinegro y qué se puede esperar a futuro. Es lógico que un técnico aspire a terminar el torneo más arriba que en el duodécimo lugar que hoy ocupa. Es cierto que por valores individuales -tales los casos de Saldaña, Maxi Rodríguez, Ponzio y Rosales- podría aspirar a más, pero colectivamente, que es como se juega al fútbol, el equipo no respondió, salvo en aquellos tres primeros partidos del torneo y en esas seis fechas sin derrotas. Es decir en la mitad de los partidos jugados. Obviamente muy poco para pretender mezclarse en los primeros puestos. ¿Por qué? Nunca hay una sola causa sino un conjunto de razones: rendimientos bajos de jugadores de los que se esperaba más, algunas variantes buscadas por el técnico que no dieron resultados, falta de fortuna en algunas ocasiones y, sobre todo, altura como equipo para marcar presencia en cada presentación. Al menos como local, ya que Newell's sólo cosechó 9 unidades sobre 24 posibles. Entonces es necesario volver en el tiempo para recordar aquel pedido de Jorge Ribolzi para que el plantel se refuerce como condición para seguir como técnico y encender la ilusión de poder pelear en los primeros puestos. Y el análisis marca que el Ruso tenía razón. El plantel se quedó sin varios jugadores, las incorporaciones de Dueña y el colombiano Vázquez aportaron poco y nada, y los pibes de inferiores tuvieron que crecer demasiado rápido y solos. Ahora el torneo ya está definido. Newell's no pasará más arriba del décimo puesto y la sensación de frustración está instalada. Ni terminar el campeonato en el Coloso ante el Boca multicampeón, aunque devaluado al máximo porque vendrá sin Bianchi y sus figuras, tiene ese clásico sabor a gran partido. Es cierto que sería importante que los rojinegros se despidieran con un triunfo, pero también lo es que la mirada apunte firme a futuro. A qué se pretende para el 2002. Si puede aspirar a más o el hincha debe conformarse con renovar su sueño con más ilusión que realidad. Llop debe estar planificando cómo lograrlo. Por eso se quedó con la media hora del segundo tiempo ante Chicago, en esos minutos que su equipo quiso ser protagonista. Cuando Newell's tuvo la pelota, porque tiene intérpretes para hacerlo bien. Pero deberá dotar al equipo de un complemento defensivo que no falle tanto y de un ataque que aproveche sus chances para no sufrir ante equipos limitados, como le pasó ante Chicago.


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