Año CXXXV
 Nº 49.334
Rosario,
martes  18 de
diciembre de 2001
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La Academia sueña con la vuelta olímpica, aunque antes no deben perder ante Vélez
Racing todavía no ha salido de la zona de riesgo

Raúl Pérez

A una fecha del final, Racing sigue acariciando su sueño de vuelta olímpica, esta vez más de cerca que en los 35 años precedentes, pero todavía no pudo materializar sus anhelos, porque River Plate no se resigna.
Racing le ganó a Lanús como ganó casi todos los partidos de este campeonato, con lucha, sin juego, sufriendo, sin goce, con respaldo multitudinario y con escaso sustento de fútbol.
River, que si finalmente pierde el título lo deberá a sus propias inseguridades, también ganó, ante Argentinos Juniors, esta vez sin el lujo de otras tardes, porque en sus constantes altibajos ahora tocó una producción carente de relieve, fuera del imponente gol de Ariel Ortega y de las sutilezas de Andrés D'Alessandro.
A River lo visitará Rosario Central, en un partido cuyo pronóstico no puede ser menos que contundente. Los rosarinos llevan ocho fechas sin ganar y un resultado que no fuera triunfo del aspirante al título constituiría una sorpresa mayúscula.
A Racing lo espera Vélez Sarsfield, en un partido de extremo compromiso para el puntero, por razones varias: porque el equipo de Edgardo Bauza insinúa una línea levemente ascendente, porque Liniers siempre supone un escenario complicado cuando los de la V azul están motivados y porque, obviamente, la formación que conduce Reinaldo Merlo no garantiza nada.
De todas maneras, un detalle histórico a tener en cuenta es que a Racing, en general, le ha ido más que bien contra Vélez en la última década (puede consultarse a José Luis Chilavert sobre unos tales Juan Fleita y Rubén Capria).
Claro que, como contrapartida, por Jonte y Juan B. Justo aguardan por la venganza con particularísimo interés.
El restante polo de atracción del domingo estuvo dado por la cálida despedida que el público de Boca Juniors le brindó a Carlos Bianchi y por el tributo de su propio equipo, con una goleada en un clásico.
Bianchi se va de Boca sin haber perdido ningún clásico en La Bombonera por torneos locales a lo largo de tres años y medio, un punto más para un ciclo desde ya memorable, mientras que Independiente no pudo festejar la buena noticia que constituyó la reaparición de uno de los mejores jugadores que le quedan, el zaguero Gabriel Milito.
Nueva Chicago, con su victoria de último momento en Mataderos sobre Newell's Old Boys, salió del pozo en que lo habían sumido cinco derrotas consecutivas y le puso más pimienta a la zona roja de los promedios.
La perlita, por último, estuvo dada por el gol de Facundo Sava, único de Gimnasia entre los cuatro que le propinó Talleres en Córdoba.
Se paró el juego para atender a un lesionado cuando tenía la pelota Talleres, se reanudó con un pique, el hábito indicaba que había que devolverle la pelota al local y así pareció que sería, pero Sava no se dio por enterado, picó e hizo su gol, desatando las iras de sus rivales. Pero no lo hizo de mala fe, según se vio, sino de puro distraído: no se acordó de que había que devolverla.



Los hinchas no temen decir que serán campeones.
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