San Jorge. - La empresa Quickfood prepara sus plantas para la reapertura de los mercados internacionales que, según estiman sus directivos, se produciría en el transcurso del mes próximo. En este sentido reforzarán la producción en la planta que la firma posee en esta ciudad desde hace veinte años.
El presidente de la empresa comercializadora de los productos Paty, Luis Bameule, dijo que todo indicaría que la auditoría desarrollada en noviembre por organismos internacionales permitiría reabrir los mercados de la Unión Europea (UE). Y con ellos, los de otros países que suelen imitar sus exigencias. "Ni bien se conozca la fecha exacta de apertura -adelantó- se intensificará la producción".
El directivo consideró que en los últimos meses ha cambiado la actitud de los organismos internacionales de control y del propio Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) hacia la Argentina. "Ahora hay voluntad y transparencia y eso fue verificado por las inspecciones de la Unión Europea y de otros mercados", enfatizó optimista, aunque agregó: "No vamos a recuperar la credibilidad de un día para otro. Esta situación lastimó mucho a los exportadores. Quickfood la pudo soportar por la diversidad de mercados que atiende y el cumplimiento crediticio que, a lo largo de los años, trazó una línea de conducta".
El empresario remarcó que actualmente se está trabajando muy buen en todas las plantas, excepto en la ubicada en Villa Mercedes (San Luis), ya que es la más orientada al mercado exportador. "Cuando se abran nuevamente las exportaciones habrá un tiempo de acomodamiento por parte de los frigoríficos. El Senasa invalidó unas quince plantas por no reunir las condiciones que mercados como la UE requieren. Por eso se reforzarán los sistemas productivos y en eso estamos trabajando", indicó.
No devaluar
Según el empresario, la empresa está afectada por dos o tres variables económicas. "No sentimos que perdimos competencia por el hecho de estar afectados a un cambio de moneda de uno a uno. Para nosotros la devaluación no es una solución, esa medida dejaría en evidencia la incapacidad del gobierno de resolver otros problemas de fondo", disparó el empresario. Consideró además que "los perjuicios que sobrevendrían de una devaluación serían mayores que los del actual sistema de estabilidad monetaria. La competitividad no se gana devaluando sino bajando los costos de operación y en eso el Estado tiene mucho que ver. En la medida que el Estado salga a tomar plata en el extranjero, le quita posibilidades a los privados de hacer inversiones productivas".
Bameule solicitó también del gobierno nacional "lo mismo que se pedía hace veinte años: terminar con el doble estándar impositivo y sanitario, donde conviven los que cumplen y los que no en condiciones de gran deslealtad. Hay una alta carga que implica cumplir con todo cuando hay otros que no lo hacen", remató.
Mentira con patas cortas
"El pecado más grave que cometió la Argentina fue mentir y asegurar que no había aftosa en el país", remarcó Bameule. "Esa fue la falta que pagamos más caro los argentinos -enfatizó el directivo- porque el mercado podría haberse abierto mucho antes si en su momento Argentina hubiera denunciado unilateralmente que tenía problemas de aftosa".
El empresario consideró que "esto deja la enseñanza de que en el mundo de hoy, con el avance de las comunicaciones, no se puede macanear. Hay que decir las cosas como son, no es gravísimo que haya ocurrido un foco de aftosa, lo grave es que se lo haya ocultado".