"Hay sectores que plantean reemplazar parte del presupuesto universitario con el cobro a los estudiantes. Esto es un disparate y de ninguna manera es una estrategia del ministerio". El titular de la cartera nacional de Educación, Andrés Delich, dejó en claro que el arancelamiento de la universidad no forma parte del lineamiento de su gestión. Sin embargo, la postura de Delich no alcanza para alejar el fantasma de que el ajuste en el 2002 difícilmente eludirá la Universidad. Por eso, el ministro consideró necesario estudiar cómo los alumnos pueden "colaborar en el financiamiento de algunas actividades académicas". El funcionario ratificó que el pago del incentivo docente no está incluido en el presupuesto del 2002 y respondió a quienes dicen -entre ellos el ministro provincial de Educación, Alejandro Rébola- que la plata que se gasta en el Palacio Pizzurno podría distribuirse en las provincias. "El ministerio sirve para delegar los recursos en forma equitativa. Con ese criterio, es lo mismo que un gobernador se plantee por qué existe un gobierno nacional", se defendió.
Antes de empezar la conferencia, que se realizó al cierre del seminario "El periodismo en educación" del que participó La Capital, el ministro aclaró entre risas que no iba a referirse al canje de la deuda, sino a un tema de poca transcendencia como es la educación en este marco de crisis económico-financiera. Sin embargo, habló sobre el arancelamiento en la universidad, acerca de un fondo que se distribuirá en las facultades y a las medidas que se implementarán en el marco de la crisis.
El funcionario anunció que habrá un cambio en la distribución de recursos de las facultades: "Se va a incorporar un fondo de 148 millones de pesos que será transferido no de forma automática sino a través de ciertas pautas, mientras que las casas de estudio tendrán la obligación de detallar en qué se gastaron esos recursos recibidos", explicó el ministro.
"Antes los fondos se transferían en forma automática, tenía que ver con pautas históricas y de lobby político. El año que viene se distribuirán de acuerdo a ciertos elementos que presenten las universidades: cantidad de alumnos, proyectos, y otras pautas", detalló Delich. Además anunció que habrá una partida de 50 millones para becas, "que garanticen la igualdad de posibilidades".
La crisis por la que atraviesa la universidad puso en el tapete varias opiniones encontradas sobre si los alumnos deben pagar un arancel para poder estudiar. Delich aseguró que "no es un buen instrumento de política educativa porque plantea inequidad social y regional". Además el ministro dijo que "detrás de un arancel hay un cierto castigo académico porque aquel que no paga no puede rendir, y esto es inaceptable".
¿Para qué sirve el ministerio?
En varias ocasiones el ministro de Educación provincial, Alejandro Rébola, se preguntó: "¿Para qué funciona el Palacio Pizzurno? ¿Por qué el dinero que se gasta en mantener a sus empleados no se distribuye en las provincias?".
Delich se encargó de responderle a Rébola: "Los recursos de las provincias no son los mismos, por eso el ministerio nacional tiene que distribuirlos en forma equitativa. Tiene que existir para garantizar la equidad social en cada una de las regiones del país". El ministro expresó que usando el criterio del funcionario provincial "puede haber un gobernador que se pregunte por qué existe un gobierno nacional si de hecho buena parte de los servicios sociales y de seguridad se brindan localmente".
Para argumentar sus palabras con cifras, Delich indicó que de los 3.500 millones presupuestados para el 2002, sólo el "2 por ciento -69 millones de pesos- se usarán para los gastos de gestión".
Otro temas que tocó el ministro fue el pago del incentivo docente, que no está contemplado en el presupuesto del año que viene. "El fondo es una ley que se deroga en diciembre del 2003, pero lo que no tiene es financiamiento. Por eso el Congreso va a discutir las alternativas para que se incluya a través de un impuesto específico o creando las partidas dentro del mismo presupuesto que estamos presentando", apuntó. Sin embargo, no se lo vio demasiado alentados con esta propuesta: "Sinceramente va a ser difícil financiar el pago en el marco de la situación fiscal que atraviesa la Argentina".