Año CXXXV
 Nº 49.330
Rosario,
viernes  14 de
diciembre de 2001
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Audaz asalto de un trío armado en un campo de Pérez
Roban a un floricultor y lo encierran con su hijo en una cámara frigorífica
Los delincuentes se alzaron con 1.000 pesos en efectivo y otras pertenencias. Huyeron caminando.

Ariel Etcheverry

Un floricultor y su hijo de 17 años vivieron una verdadera odisea al ser asaltados en su establecimiento de la zona rural de Pérez por tres delincuentes armados con escopetas recortadas, que los golpearon y encerraron en una cámara frigorífica a cinco grados de temperatura. El atraco duró cerca de 20 minutos y los maleantes escaparon con mil pesos en efectivo, un teléfono celular y unas cuantas prendas de las víctimas. La policía ayer no tenía ninguna pista firme sobre los autores del robo, dos de los cuales estaban encapuchados.
Héctor Raúl Pellizón tiene 44 años y hace 8 que es productor de flores. Tiene un campo dedicado a ese cultivo y un establecimiento en el cruce de Las Campanillas y avenida Rosario, prácticamente en el límite norte de Pérez. Las viviendas más cercanas al galpón se encuentran a unos 60 ó 70 metros. El miércoles, poco después de las 21, Pellizón y su hijo de 17 años habían llegado hasta el establecimiento para depositar en la cámara frigorífica una brazada de flores que habían sobrado y que no pudieron vender en una cooperativa de la zona.
Padre e hijo llegaron en una Ford Transit que dejaron estacionada frente al portón. Al parecer los ladrones ya los estaban esperando, porque no había otro vehículo estacionado y aparecieron de golpe en medio de la oscuridad. "Cuando abría la puerta del galpón -recordó el productor- aparecieron dos con capuchas y escopetas de caño recortado. Me dijeron que me tirara al piso, que esto era un asalto". Los delincuentes pidieron enseguida el dinero. Pellizón contó que obedeció la orden y les dio lo que tenía encima, mil pesos en total.
"Ese dinero se lo pude cobrar a tres clientes y no deposite el dinero en el banco porque mañana tenía que pagarle a los empleados", relató el floricultor a La Capital.
Pero al parecer esa suma no conformó a la banda. "Dame todo lo que tenés", le gritó uno de ellos y comenzó a propinarle puñetazos y puntapiés. Igual suerte corrió su hijo, al que obligaron a entregar la remera, las zapatillas y un reloj. Los golpes cesaron, pero las víctimas fueron encerradas en la cámara conservadora de flores. El aparato tiene una superficie de 4 metros por 4 y está graduado a unos 5 grados de temperatura. "Ahora se quedan piolas ahí, en el piso", les pidieron.
Según contó la víctima, los ladrones tuvieron un gesto de compasión: antes de hacerlos entrar en la cámara le pidieron que apagara el motor. Si bien la temperatura no era extremadamente baja, "no estaba para estar en remerita ahí adentro por mucho tiempo", admitió el floricultor.
Una vez que Pellizón y su hijo estuvieron "presos" en la conservadora, los ladrones trabaron la puerta del artefacto con una heladera. El productor recordó que desde el interior del aparato escuchó que los maleantes revolvían cada rincón del galpón. "Abrieron mi maletín, después fueron a la oficina. Habrán estado 20 minutos. Recién nos decidimos a salir cuando todo quedó en silencio", señaló el hombre.

Escaparon a pie
Según Pellizón, al parecer la banda huyó a pie porque no se escuchó ruido de motores. Ni siquiera se llevaron la Ford Transit que estaba con las llaves puestas, aunque del interior del vehículo se llevaron un teléfono celular y el estéreo.
Pellizón y su hijo pudieron salir de la cámara después de empujar con mucho esfuerzo durante varios minutos la puerta y desplazar la heladera. La marcas de sus manos y las de su hijo perduraban ayer en el lado interior de la puerta. Pero cuando zafaron de la conservadora, se dieron cuenta que la banda había cerrado desde afuera y con candado el galpón. La única forma que tuvieron de salir al exterior fue sacando varios tornillos de una chapa para abrir un pequeño boquete. De esa forma pudieron notificar a la policía lo que había sucedido.
Al respecto, fuentes policiales dijeron a La Capital que no había pistas firmes sobre los autores del atraco. "La zona donde ocurrió el hecho es netamente rural. No hay testigos que hayan visto algo raro y además es un lugar que está cerca del límite con Funes", dijo una vocero de la seccional 28ª.



La cámara frigorifica donde encerraron a los Pellizón.
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