La medida de fuerza decretada por las fuerzas sindicales tuvo un acatamiento dispar en Venado Tuerto, mientras que prácticamente fue nulo en Rufino, desde donde el intendente justicialista Gustavo Dehesa declaró que los empleados municipales "pidieron poder trabajar". No hubo movilizaciones ni actos, aunque el común denominador de los comerciantes que abrieron normalmente sus puertas era de "una malaria total".
Los municipales venadenses no asistieron, aunque respetaron las guardias mínimas. Los bancos Santa Fe, Nación y Credicoop no abrieron, pero el resto atendió normalmente al público, al igual que Litoral Gas y Telecom. El panorama del centro era el de un feriado.
Firmat mantuvo su ritmo habitual. Trabajaron municipales, la mayor parte de la industria, bancos y comercios. La falta de transporte de larga distancia fue la referencia más fuerte. Muchos guardaron las fuerzas para el lunes, que habrá una gran movilización regional.
En el centro-oeste santafesino no hubo adhesión al paro, sólo se notó la ausencia de servicios interbancarios, algunos postales privados y el transporte de pasajeros. La actividad comercial fue normal y ninguna empresa de transporte brindó servicios.
En Pérez los negocios también abrieron sus puertas. En Funes la situación fue similar: los comerciantes aprovecharon la presencia de veraneantes para incrementar sus ventas. En Roldán la jornada fue normal en lo que respecta a la actividad privada, pero no hubo bancos.
Un clima tranquilo con un altísimo acatamiento sintetizó la jornada en Villa Gobernador Gálvez. Todas las empresas grandes se plegaron, al igual que la Municipalidad. Los comercios en general no abrieron.
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La Ciudad
