Casilda. - Los más de 300 operarios de la metalúrgica Gherardi marcharon ayer hacia la Municipalidad y el Banco Nación para expresar su disgusto por la falta de repuesta a un auxilio financiero que reclamó el establecimiento para poder seguir en pie.
El descontento llegó a tal punto que los trabajadores arrojaron huevos, tomates y otros frutos podridos contra el edificio comunal y la sede bancaria, que están ubicados sobre calle Casado a unos pocos metros de distancia. Incluso pintaron con aerosol sobre la pared de la Municipalidad una frase dirigida a los funcionarios locales que decía: "Libertad. Levántense muertos dormidos".
La semana pasada habían realizado una marcha similar junto a los dueños de la firma para reclamar asistencia económica. Como las soluciones no llegaron decidieron ayer manifestar nuevamente, aunque esta vez no se salvaron los políticos.
Indignados, los obreros atacaron a huevazos y tomatazos primero el municipio y después el banco mientras la policía miraba sin intervenir. "Pretendemos que las autoridades locales presionen donde corresponda para que aparezca la ayuda financiera que necesita la empresa", explicaron los delegados gremiales sobre la manifestación frente al municipio.
Ausencias
Durante la protesta, el intendente Eduardo Rosconi estaba en Rosario conversando sobre este difícil tema con el secretario de Provincias de la Nación, René Bonetto.
Algunos concejales salieron a la calle para hablar con los manifestantes pero de poco sirvieron sus explicaciones; los operarios creen que "los políticos casildenses no están haciendo lo suficiente".
Después de los incidentes un grupo de delgados gremiales fue recibido por el subgerente de la sucursal casildense del Nación, quien se mostró disgustado por la agresión a la entidad y reafirmó que el pedido de asistencia financiera para la empresa fue elevado a sus superiores.