Uno de los antecedentes del ataque contra un vehículo en la autopista Córdoba-Carlos Paz, aunque sin intenciones de robo, ocurrió el 28 de enero de este año en la autopista Buenos Aires-La Plata, cuando un hombre que viajaba en el primer asiento del primer piso de un micro que regresaba desde Santa Teresita a Buenos Aires recibió un ladrillazo en el pecho que le provocó la muerte en forma instantánea. En esa oportunidad, el infortunado pasajero fue golpeado por un cascote de hormigón de alrededor de un kilo y medio de peso, lanzado por un grupo de seis chicos de entre 14 y 16 años desde un puente peatonal de unos 7 metros de altura que cruza la autopista a la altura de la localidad de Dock Sud, en el partido bonaerense de Avellaneda. La víctima -identificada como Luis Osvaldo Avellaneda, de 59 años- retornaba de Santa Teresita luego de terminar de construir una casa donde tenía pensado pasar las vacaciones con su familia. Tras el ataque, el órgano de control de concesiones viales como medida preventiva decidió que sean "enjauladas" cuatro autopistas de acceso a Capital Federal: Buenos Aires-La Plata, Riccheri-Ezeiza-Cañuelas, Acceso Norte (Panamericana) y Acceso Oeste. Si bien el organismo señaló que los contratos no establecen que las empresas deban hacer un control sobre esta clase de hechos, la gravedad del asunto hizo que se tomara la medida precautoria pero sólo en Buenos Aires. Los trabajos en esa ocasión incluyeron la construcción de jaulas en 256 puentes, tanto vehiculares como peatonales. El primero en ser alambrado fue justamente en el de la autopista Buenos Aires-La Plata donde murió el pasajero que regresaba de la costa atlántica.
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