Que Fridman había intimidado a una secretaria para que no atestiguara que él había maltratado a una socia de la institución, que fraguaba atenciones domiciliarias para engrosar su facturación y que se caracterizaba por una personalidad agresiva son algunos de los datos que delinean el perfil del imputado a lo largo del expediente por el crimen de Zampol. Al respecto, el abogado de la Asociación Española de Socorros Mutuos declaró que la queja presentada por una socia y que luego desencadenó el crimen no era la única que habían recibido contra el médico, aunque "las anteriores no se documentaron a pedido de los interesados". Además, el gerente había comprobado que Fridman hacía constar visitas domiciliarias inexistentes con el fin de cobrarlas, y todos los testigos fueron coincidentes acerca de la personalidad "conflictiva" de Fridman. Un testimonio revelador fue el de la secretaria del médico. La mujer aseguró que el Fridman no le dirigía la palabra desde hacía años, desde que ella le comunicó al gerente un incidente que había tenido Fridman con el cardiólogo de la obra social porque éste no desocupaba a tiempo su consultorio. "Lo sacás vos o lo agarro del cogote", le había dicho el médico a la secretaria en esa oportunidad. Poco antes del crimen la mujer presenció el incidente entre Fridman y la socia que presentó la queja por malos tratos. Por esta razón, el médico le pidió que dijera "no haber visto nada" en caso de que la citaran como testigo del episodio. Entonces la mujer fue a hablar con el gerente y le rogó llorando que no la llamaran como testigo porque tenía miedo de que Fridman la matara. "Yo salgo muy tarde y tengo miedo de que me atropelle con el auto", le dijo a Zampol la mujer, que incluso había detectado cambios de conducta en el médico a lo largo del último año: lo notaba "ido", había cambiado el traje por una chaquetilla, lucía desaliñado, solía estar aislado y tenía pocos pacientes.
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