Año CXXXV
 Nº 49.323
Rosario,
viernes  07 de
diciembre de 2001
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Consenso, un trago amargo

Al gobernador Carlos Reutemann le tocó debutar en la ronda de contactos iniciada ayer por el gobierno nacional para buscar consenso político y mostrarlo después ante los inversores y los organismos internacionales de crédito.
Reutemann dijo ayer al salir del encuentro que "el gobierno quiere que todos los sectores den una señal clara" de unidad nacional y mencionó que "sobre todo hay una enorme preocupación por el presupuesto 2002". Dijo además que "para cerrar el déficit cero habrá que tomar una serie de medidas que incluyen recortes y a nadie le gusta ni nadie disfruta eso desde la política".
El apuro del gobierno para retomar la ronda de conversaciones que se inició hace quince días con los gremios, los industriales y los banqueros y de la que se había excluido a los políticos, se dinamizó ayer ante la decisión conocida antenoche del FMI respecto a que no girará los fondos previstos con lo que puso contra las cuerdas a la administración de Fernando De la Rúa en materia financiera.
Reutemann recibió el llamado urgente del gobierno a última hora de la noche del miércoles cuando se encontraba en Buenos Aires. La cita con De la Rúa se concretó ayer a la mañana y duró unos quince minutos. En diálogo con La Capital , el gobernador santafesino admitió que De la Rúa le solicitó "respaldo" para concretar un "gran acuerdo nacional". Al respecto, Reutemann se mostró cauto y señaló que no le dio al presidente una respuesta puntual: "El gobierno está tras un gran acuerdo nacional, pero lo que tiene que quedar claro es que los que gobiernan son ellos, es De la Rúa y su equipo. Por eso estamos atentos", se limitó a expresar.

El gran acuerdo
La "atención" a la que se refiere Reutemann tiene que ver con el significado concreto del "gran acuerdo". El gobierno pretendería que el respaldo de los gobernadores opositores se traduzca en hechos, tales como la aprobación del presupuesto 2002 con déficit cero y varios recortes. Para ello resulta clave la incidencia que puedan tener los mandatarios provinciales con sus legisladores.
De todos modos, los legisladores justicialistas no estarían cómodos con la posibilidad de "quedar pegados" en las decisiones que el gobierno nacional pretende tomar en los próximos días, las cuales seguramente serán más antipáticas que las tomadas hasta ahora.
El senador justicialista santafesino Oscar Lamberto señaló que "todas las medidas que se puedan tomar (el gobierno) tienen que pasar por el Congreso y sólo aprobarse con el debate del Congreso".


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