Las restricciones para el retiro de fondos dispuesta en el nuevo paquete de medidas económicas pegó de lleno en el corazón de la economía informal y abrió un interrogante entre aquellos trabajadores que cobran sus salarios en negro, quienes ahora se enfrentan al dilema de si conservarán su empleo o quedarán desocupados.
Los empresarios locales consideran que la inestabilidad laboral está íntimamente ligada a la aguda recesión que sufre la economía, aunque señalan que si las nuevas decisiones del gobierno encarecen la operatoria y los costos de la empresa, tendrían impacto sobre el empleo.
"No creo que los empresarios estén pensando en despedir por esta situación", explicó Bernardo Basílico, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos.
El dirigente explicó que "si existen despidos se darán por la gran recesión que afecta a las empresas".
De todos modos, dio cuenta de que existen complicaciones en el funcionamiento diario de las empresas. "Con la restricción para el retiro de fondos hoy se hace imposible seguir otorgando vales al personal, una metodología muy utilizada", explicó Basílico. El dirigente está convencido de que estas medidas provocarán "una disminución del consumo, que agravará una recesión y esto provocará un aumento del desempleo".
Números negros
La preocupación no es menor si se tiene en cuenta que la economía informal supera el 40% del padrón laboral en la Argentina y las restricciones al retiro de efectivo o la necesidad de idear mecanismos alternativos de pago aumentaría los costos de los empresarios y podría impactar en el empleo.
Además, el temor de los empresarios que tienen trabajadores en negro a dejar huellas a través de depósitos bancarios, también jugaría en contra de la estabilidad de muchos empleados que hoy no están blanqueados.
Por otra parte, la decisión del gobierno de facilitar el blanqueo de trabajadores en negro a través de una amnistía de deudas y multas para pequeñas y medianas empresas no logró prender con fuerza entre los empresarios locales .
Enrique Lingua, asesor de empresas y especialista en temas tributarios, explicó que el eje del análisis pasa por la recesión. "Si a un empresario se le presentan malas perspectivas en su negocio, ante esto prefiere quedarse con la gente que está en regla y evitar complicaciones en el pago a empleados que están en negro y para los que deberá buscar una fórmula de cancelarles el salario", dijo. En cambio, "si la actividad de la empresa funciona y tiene buenas perspectivas para el futuro, el empresario no va a despedir sino que buscará blanquear al personal o idear la forma para saldarle su salario, porque en rigor lo necesita", agregó Lingua.
El asesor contable Oscar Feuillade cree que la desconfianza se instaló entre los empresarios a raíz de las medidas que adoptó el gobierno. En ese sentido, explicó que "es muy poco probable que quien tenía una empresa piense en blanquear a su personal a través de este nuevo sistema de amnistía que dispuso Economía porque ya no le cree".
"El gobierno violó la ley de intangibilidad de los depósitos y puede hacer lo mismo con cualquier decreto o ley que saque", dijo Feuillade a la hora de explicar la reticencia empresaria.
Al mismo tiempo, consideró que los bonos (patacones, Lecop) "circularán como dinero y seguramente se utilizarán en la economía informal y para el pago de cosas en negro".
Aunque los empresarios se resisten a hablar del trabajo en negro y los asesores sólo aportan soluciones para quienes están dentro del sistema, la imaginación supera cualquier adversidad y los argentinos suelen caracterizarse por encontrar salidas ingeniosas aún cuando las papas queman.
Es por eso que, si el empleo está ligado -según aseguran los empresarios- a la situación de la economía y no a medidas puntuales, quienes tienen trabajadores en negro ya estarán pensando cómo esquivar los controles que pretende ponerle el fisco a través de estas nuevas disposiciones.
Hecha la ley
Es por eso que muchos empresarios están estudiando estrategias evasivas, como abrirles una caja de ahorro a sus empleados en negro y depositarles allí sus sueldos a través de cheques propios y también de terceros, para despistar a los sabuesos.
También buscan esquivar los controles inscribiendo a sus empleados como monotributistas asumiendo los costos y pagando sus facturas mes a mes.
Toda una ingeniería que en tiempos de crisis muchos se atreven a encarar para sobrevivir y otros, en cambio, lo transforman en su forma de vida.