Año CXXXV
 Nº 49.319
Rosario,
lunes  03 de
diciembre de 2001
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Locademia de alegría
Racing quedó muy cerca del título del Apertura al empatar con River
Con un zapatazo del colombiano Bedoya, a 4 minutos del final, logró la igualdad ante los millonarios

El sufrido e inclaudicable Racing empató de corazón sobre la hora el crucial clásico ante River en un Cilindro vestido de gala y, a tres fechas del desenlace, ya tiene bajo control más de medio título del Apertura, una conquista doméstica que busca con ansiedad desde hace 35 años.
El grito del alma surgió tras el zurdazo terminal del colombiano Gerardo Bedoya, a los 86', luego de un rechazo imprudente y frontal de Angel Comizzo.
Racing corrigió su actitud especulativa de la primera mitad y metió el zarpazo decisivo que privó a River de llevarse de Avellaneda los puntos que necesitaba para entrar a la recta final con pretensiones de luchar cuerpo a cuerpo por el premio mayor.
River se equivocó al replegarse en demasía cuando sacó la diferencia en el parcial y la igualdad que alcanzó Racing en el epílogo del partido parece anticipar que a Racing ya nadie podrá dejarlo sin el título tan largamente esperado y tan intensamente soñado por varias generaciones de fieles.
El primer tiempo tuvo una gran carga emotiva, pero para la dimensión del partido del año, como se lo había denominado, careció de vuelo futbolístico.
Fue previsible que River se pusiera en ventaja, porque buscó el triunfo. El gol lo consiguió Cambiasso con un disparo corto y letal, al conectar la pelota que le bajó Cardetti, primer destinatario de un tiro libre de D'Alessandro.
En el primer período se vio a un Racing mezquino, que la intención de defenderse no sólo la presentó con la elección de Bedoya para reemplazar al suspendido Chatruc, sino que en los córners favorables para River ni ubicó a alguno de sus jugadores como para replicar.
Racing sí tuvo su chance a los 42', cuando Estévez protagonizó la acción más incisiva con un derechazo que rebotó en el horizontal.
El capítulo tuvo profundos baches y la pelota en varios pasajes quedó alejada de los arcos. No sólo Racing estuvo lejos, por momentos River también, por lo que apeló a remates desde media distancia de Víctor Zapata y Yepes.
De todos modos, River dispuso del jugador más desequilibrante de la cancha, Ariel Ortega.
Además el visitante contó con Cardetti, muy peligroso, quien debió ser marcado por dos o tres rivales para evitar que continúe con su escalada en la tabla de goleadores. El Chapulín estuvo en las situaciones profundas, como un remate de derecha apenas desviado y otro intento en el que la pelota pegó en Bedoya cuando iba camino al gol.
El segundo tiempo fue totalmente diferente al primero. Racing adelantó líneas, River retrocedió y el partido se hizo más de ida y vuelta.
Esta situación se dio también por los cambios que hizo Merlo, los ingresos de Leonardo Torres por un improductivo Barros Schelotto y de Rafael Maceratesi por un Arano muy contenido.
Y finalmente el remate ascendente de Bedoya de ninguna manera fue una apariencia y se convirtió en un anticipo de lo que está por ocurrir, precisamente lo que en Racing esperan desde hace tres décadas y media. (DyN)



Bedoya clavó un zapatazo y gritó el gol del empate.
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