Javier Felcaro
La quinta de Olivos y el Palacio de Hacienda fueron ayer los imanes que captaron la atención de los argentinos. Los legisladores nacionales por Santa Fe no desentonaron y se mantuvieron pendientes de los próximos pasos del gobierno. Es más: algunos no pudieron con la ansiedad y dispararon munición gruesa durante el anochecer de otro sábado muy agitado. Sin vueltas, consultado por La Capital, el flamante senador del PJ Oscar Lamberto afirmó que esta nueva sacudida es producto de la "soberbia y la irresponsabilidad con que se manejaron las fuerzas públicas". "Se usaron reservas para pagar deudas y se dibujaron cuentas públicas, pero, cuando aparece la verdad, la economía es implacable", arremetió el legislador, quien no dudó en cuestionar los anuncios oficiales: "En medio de este marco recesivo llevan el dinero de la gente a un virtual congelamiento. El lunes (mañana), ¿quién va a vender algo?" Si bien Lamberto aseguró no haber conversado con su par Eduardo Menem, quien dijo que una salida "podría ser una convocatoria a una asamblea legislativa" que elija a un sucesor del presidente Fernando de la Rúa, admitió que se viene un verano "muy caliente". "La falta de respuestas a las demandas de la gente, que padece los efectos de una recesión aguda y una crisis política y económica como nunca se dio, puede tener consecuencias institucionales", sentenció el senador. A su turno, Rubén Giustiniani, diputado del PSP, señaló a este diario que las nuevas medidas implican "seguir con el respirador artificial y los manotazos de ahogado". Y subrayó: "La reformulación de los pagos se debe acompañar con una reforma tributaria de fondo y un análisis de la política cambiaria. No hay otra salida. El riesgo país demuestra el fracaso del déficit cero". Tras enfatizar que en la Argentina confluyen "una crisis económica, social, política e institucional y otra de credibilidad y desprestigio", Giustiniani tildó de "verdadero disparate" los dichos de Menem. En ese sentido, el dirigente pesepista instó a alcanzar "un acuerdo político y social, siempre con el actual presidente". Por su parte, el diputado del PPS-PJ Héctor Cavallero cargó contra los anuncios. "Profundizan los problemas de fondo: la recesión, el desempleo y la exclusión social", exclamó. Además, calificó a la gestión de De la Rúa como "sumamente débil" y consideró que las medidas obedecen a la falta de reservas para respaldar la convertibilidad. Tomando distancia de las afirmaciones de Menem, el legislador propuso la inmediata conformación de "una mesa de concertación amplia, que incluya a políticos, sindicatos, representantes industriales, empresariales, comerciales y del agro, entre otros, y establecer unas siete u ocho medidas para ver cómo salimos adelante en un país altamente endeudado". Luego de advertir que "si llegan a devaluar, volverán a perjudicar a los endeudados", Cavallero impulsó la "desdolarización" de todos los créditos bancarios, incluidos los hipotecarios, "pasando luego a moneda de curso legal".
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