"Este es el país de la incertidumbre", fue la respuesta que ayer le dio a La Capital el gobernador santafesino, Carlos Reutemann, cuando se le preguntó sobre la suerte que correría el último pacto firmado con la Nación (que hace apenas 48 horas fue homologado por la Legislatura provincial) ante el nuevo cimbronazo que conmueve a la economía del país. En virtud de ese pacto, el viernes debería llegar a la provincia la primera remesa de los fondos convenidos, y en pesos, dado que la Nación se comprometió a lograr que un grupo de grandes empresas canjeara los bonos Lecop para que Santa Fe los reciba en moneda corriente. Ni el mismísimo gobernador parece dispuesto a predecir qué sucederá en el futuro inmediato.
"Estoy muy preocupado", declaró el titular de la Casa Gris ante el anuncio de las nuevas medidas económicas por parte del gobierno nacional, que lo llevó a otra enigmática y sugestiva apreciación: "Hay que evitar que las cosas lleguen por espanto". En verdad, el mandatario parece aludir a la necesidad impostergable de que el gobierno acolchone poder político desde el consenso con los gobernadores justicialistas y con la mayoría parlamentaria que ostenta el peronismo.
En el plano institucional, volvió a resaltar "la sensatez con que el peronismo ha acompañado desde la oposición a la gestión del presidente Fernando de la Rúa, algo que no tiene antecedentes en la historia política de la Argentina".
El gobernador no lo dijo al hablar con este diario pero se sabe que ayer esperaba una comunicación que desde la Nación lo impusiera sobre el nuevo escenario que se abrirá desde mañana con el congelamiento de fondos.
En virtud de esa falta de precisiones, el Lole opinó que todavía las cosas siguen siendo "muy confusas", además de muy graves, como viene describiendo desde hace tiempo a la situación política y económica. "Esto está muy complicado. Nos hemos quedado sin crédito y sin fondos", graficó.
Reutemann aconsejó espantar todos los fantasmas que hablan de una actitud golpista del PJ, alentada desde la asunción del justicialista misionero Ramón Puerta en la presidencia provisional del Senado nacional, pero sorprendió al considerar ese hecho como "una señal muy clara del grupo federal. Diría que es la más clara que he visto en los últimos dos años", en referencia a los 22 votos reunidos por las provincias chicas en la Cámara alta, a partir de los resultados de las elecciones del 14 de octubre pasado.
Si bien el gobernador de Santa Fe admitió que "por una cuestión ética" no veía con simpatía inicial que un peronista fuera ungido en la línea sucesoria de un gobierno radical, ayer aclaró que "hay dos datos a tener en cuenta tras la realidad de las elecciones del 14 de octubre", que derivó en la reacción federalista de elegir a un hombre propio, por fuera de las figuras que disputan el poder en el PJ.
El vacío que dejó Chacho
En este marco, Reutemann siguió la línea discursiva que tomaron los senadores: "No se eligió al vicepresidente de la Nación sino al presidente del Senado. Si (Carlos) Alvarez no hubiera renunciado a la vicepresidencia hoy el gobierno no tendría inconveniente alguno con la designación de Puerta".
Cuando La Capital le preguntó si desde el PJ se buscaba el desplazamiento del presidente, el Lole contesto. "No, al menos yo...".
Consideró que "no es el momento para poner en práctica aventuras peligrosas", en alusión a la "crítica situación financiera" que lo lleva a estar "igual que todos, lleno de incertidumbre".
J.S.M.