Edgar Stephane es un noruego que trabajaba en un hotel de Miami Beach, acostumbrado a que la gente del norte buscara el sol y el calor de las playas. En un viaje en barco desde Nueva York a Inglaterra, en 1969, en una época en la que todos los buques eran cerrados para que los pasajeros pudieran mitigar el frío, se le ocurrió una buena idea: diseñar uno con una gran cubierta y con una piscina, en las que la gente pudiera tomar sol y disfrutar del agua y del aire libre. Así construyeron los tres primeros barcos, de apenas 22 mil a 26 mil toneladas y 400 pasajeros, que hacían cruceros de 14 días hasta 1979. Luego los cruceros se redujeron a una semana, ahora han bajado el promedio de edad de los pasajeros de 57 a 44 años, y la Royal Caribbean posee 41 barcos, transporta 40 mil pasajeros por día y es la mayor compañía de cruceros del mundo, al extremo de poseer el 36 por ciento del mercado, como producto de su fusión con la Celebrity Cruise Island y la Prince Cruise. Y todo gracias a una buena idea de Edgar Stephane, el noruego que amaba el sol.
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