Fueron 61 minutos signados por el esfuerzo y la dedicación. Salpicados por el código del aguante y motorizados por esa pureza deportiva que es la expresión más transparente cuando se intenta todo sin la chicana de la especulación, empuñando bien fuerte la espada del protagonismo.
La tercera edición del Maratón Banco Bisel reunió esos condimentos mencionados pero también cobijó un tesoro invalorable en el alma de los 3000 atletas que le dieron forma a la prueba en el Monumento a la Bandera: el sentido de superación.
Después, la rigidez de los números se encargó de sentenciar que Antonio Solíz, en caballeros y María Troffe, en mujeres, recorrieran los 8 kilómetros más rápidos que sus rivales y se abrazaran a un triunfo que excedió altamente el rigor deportivo.
Solíz, representante de Córdoba, empleó un tiempo de 25m 19s, sólo 6 segundos menos que su inmediato perseguidor, el juninense Angel Fabián Maraviglia (25m 25s). Mientras que al crédito femenino de San Nicolás le bastaron 30m 46s para transitar los 8.000 metros del recorrido.
Si bien el registro del cordobés con respecto a su seguidor habla a las claras de una contienda equitativa, la dosis de emotividad recién dio acto de presencia en los tramos finales. En ese lapso, Solíz supo ampararse en su estrategia y a partir de eso logró volcar la carrera a su favor.
Con el ganador comandando la prueba desde que el intendente Hermes Binner apretó el gatillo y dio comienzo a la competición, el resto de los participantes enseguida se acomodó en la pista de la resistencia. Por eso no sorprendió que a los tres kilómetros de iniciado el evento se armaran los pelotones de los habitués a los puestos de vanguardia y de los que buscaban protagonizar una sorpresa.
El epílogo llegó si darle cabida a las utopías. A pesar de que el último giro estuvo rubricado por un par de metros de distancia, Solíz cotejó su ritmo al transitar de Maraviglia y desandó los segundos finales sabiéndose ganador.
Troffe al trote
A diferencia de la coronación del cordobés Solíz, la puja entre las mujeres fue menos reñida. María Troffe supo capitalizar desde el vamos las ofertas de sus colistas, la rosarina Silvina Motta y María Soledad del Carlo (Firmat), y en menos de 20' ya había reducido la prueba a un mero trámite.
Ganadores al margen, lo cierto es que el cuadro surrealista que pintaron los 3.000 participantes -llegaron casi 2800- transformaron el Monumento a la Bandera en un ruego de Charly García y hasta en un delirio de Steven Spielberg. La realidad es que sólo los protagonistas de la competencia pudieron hacerlo, porque siempre se dijo que no existen genios que puedan superar lo que construye la dedicación de los seres humanos.
En tanto, los primeros puestos en la clasificación general fueron los siguientes: Caballeros: 1º) Antonio Solíz (25m 19s), 2º) Angel Fabián Maraviglia (25m 25s), 3º) Víctor Sosa (25m 52s), 4º) Luis Mario Arias (26m 18s) y 5º) Lisandro Ortigosa (26m 27s).
Mujeres: 1ª) María de los Angeles (30m 46s), 2ª) Silvina Motta (31m 49s), 3ª) María Soledad del Carlo (32m 13s), 4ª) Nancy Centurión (32m 40s) y 5ª) Verónica Gallo (33m 10s). Por su parte en discapacitados (corrieron entre 4 y 5 kilómetros) las posiciones finales fueron: Caballeros: 1º) Carlos Macca, 2º) Marcelo Blanco y 3º) Guillermo Ortiz. Mujeres: 1ª) Carina Packer, 2ª) Carina Ferraro y 3ª) Cintya Susnaba.