Hasta que se produjeron los serios incidentes (ver aparte) hubo 32 minutos de fútbol. Por un lado se encontraba el necesitado equipo de Argentino por sumar en la tabla del promedio. Y por el otro, un Deportivo Morón que tampoco puede darse el lujo de descuidarse con el descenso. El partido era parejo. Ninguno de los dos lograba imponerse dentro de la cancha. Los arqueros no tenían mucho trabajo. Apenas un atrevimiento de Pablo Sampaoli les sacudió la modorra a los hinchas salaítos. El volante probó a Peralta con un derechazo desde afuera del área, pero el arquero respondió con seguridad. Por su parte, Deportivo Morón, que trajo mucha gente a Rosario, llegó una sola vez hasta el arco custodiado por Estanislao Ayuso. Lo hizo a través de un tiro libre ejecutado por Cuenca, que terminó en las manos del ex canalla. Otra jugada para rescatar fue un cabezazo del delantero Gabriel Viguetti, que se fue rozando el poste izquierdo de un sorprendido Sebastián Peralta. Hasta que comenzaron los desmanes, dentro de la cancha no hubo muchas emociones.
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