La Secretaría de Agricultura confirmó en sus últimas estimaciones que la superficie sembrada con maíz se redujo en esta campaña un 20%, debido a la competencia de la soja y de las dificultades climáticas que impidieron las tareas de implantación. Sin embargo, el cereal grueso puede tener su revancha a partir de la siembra de segunda, una posibilidad que está rondando en la cabeza de muchos productores en un año tan particular como este.
Las constantes consultas recibidas por los técnicos del Inta Pergamino respecto de esta alternativa, motivaron la publicación de un informe que apunta a despejar dudas y formular recomendaciones para encarar planteos de alta producción.
Nicolás Iannone, jefe de Protección Vegetal del Inta Pergamino, y autor de la publicación, subrayó que atendiendo a la labor del organismo en "la generación de tecnologías que apuntan al incremento de la producción y a la conservación del agrosistema", uno de los temas sobre los cuales se trabaja es neutralizar "el desequilibrio, acentuado en los últimos años, entre los principales cultivos pampeanos de grano grueso".
"En este sentido, preocupa la reducción de la superficie de siembra de maíz en contraposición al desmedido incremento de la soja, marcando una fuerte tendencia hacia el monocultivo de esta oleaginosa, debido fundamentalmente a factores económicos", señaló.
Iannone señaló que, más allá de las actuales expectativas favorables en cuanto al precio del maíz, sobre el que Argentina tiene escaso margen de decisión, "el verdadero desafío para revertir la situación descripta es la de contribuir significativamente con el incremento físico y económico de la producción maicera, apuntando a mejorar la rentabilidad del productor y la sustentabilidad del sistema".
"Sabemos que el cultivo de maíz cumple y debe cumplir un rol tan importante como necesario en la rotación agrícola por su aporte de materia orgánica a la conservación de los suelos. En correspondencia con ello, nuestro lema es: con alta producción y rentabilidad, mayor participación del maíz en la rotación", indicó.
La diatraea
El trabajo subraya que uno de los principales factores adversos a la obtención de alta producción de maíz, lo constituye el impacto de la plaga más importante de Argentina, diatraea o barrenador del tallo. "Así lo demuestran las estimaciones coincidentes de Inta (1997) y Asociación de Semilleros Argentinos (2000), sobre pérdidas promedio de 170 a 300 millones de dólares que todos los años se traducen en una sustancial quita de la rentabilidad del cultivo", agregó.
Hasta hace unos pocos años, el productor maicero no disponía de herramientas para poder defenderse de esta grave problemática. Hoy cuenta con dos tecnologías altamente eficientes: el maíz Bt aportado por empresas semilleras, y la tecnología de control químico de diatraea generada por el Inta Pergamino.
En relación al control de diatraea, productores y asesores están recibiendo una fuerte asistencia técnica por parte del Inta, a través de la información de una red de trampas distribuidas en la región pampeana, con el apoyo de empresas privadas. Esta iniciativa tiene por objeto detectar el inicio de la aparición de diatraea según zonas, y brindar en consecuencia el alerta en forma oportuna y el servicio técnico necesario para aplicar la tecnología de control de la manera más eficiente.
"Esta tecnología, además de ser eficaz es sumamente sencilla,requiere que después de darse el alerta en la zona el asesor visite los lotes de maíz una o dos veces en promedio, a fin de tomar la decisión de control sólo en los casos necesarios", dijo Iannone.
La publicación destaca que "eligiendo el producto y dosis adecuado, una sola aplicación es suficiente.
"Asimismo, es de muy bajo costo, cuyo total por producto y aplicación resulta equivalente a menos de 1,5 quintal de maíz, con una ganancia que generalmente varía entre 10 y 30 q/ha, según fecha de siembra y grado de ataque. En maíz de segunda la ganancia es aún mayor", señaló.
Es también para destacar que aquel mínimo costo se deberá emplear en los casos necesarios. O sea, sólo en los lotes que presentan diatraea. El Inta destacó que durante la campaña pasada, las experiencias de control de diatraea por parte de productores en distintas zonas maiceras corroboran las ventajas de la tecnología antes mencionadas.
Se va la segunda
Iannone destacó que la realización de maíz de segunda es una alternativa válida y lógica de considerar. "Siete años de experiencias en el Inta Pergamino indican que se puede alcanzar y aún superar los 100 q/ha con maíces de segunda, aplicando la tecnología de control de diatraea. Análisis económicos que muestran márgenes superiores a $200/ha en maíz de segunda, aplicando la tecnología de control de diatraea, permiten afirmar que el maíz de segunda resulta una alternativa altamente competitiva y redituable", señaló.
En siembras del 10 al 25 de diciembre, utilizando híbridos de punta (de ciclo completo pero los menos largos) con la misma tecnología de fertilización y manejo que para una siembra temprana, y con el control de diatraea, en 5 de los 7 años de experiencias en grandes superficies se obtuvieron rendimientos de 90 a 115 q/ha con una sola aplicación. Sólo dos años tuvieron rendimientos de 70 y 85 q/ha. En todos los casos la densidad de plantas logradas, área de Pergamino, varió entre 68 a 75.000 plantas por hectárea.
"Estos resultados indican una alta seguridad de cosecha con maíz de segunda, parte de las razones se basan en lo siguiente: condiciones climáticas durante su período crítico, sobre todo por alta frecuencia de buena disponibilidad de agua", señaló Iannone.
Durante el período crítico del maíz de segunda, la menor radiación incide negativamente aunque la amplitud térmica suele ser mayor y por ende más favorable. Pero fundamentalmente, los dos factores de manejo de mayor impacto en el rendimiento de maíz son: fertilidad y agua. El factor fertilidad no varía ya que es recomendable el mismo nivel de fertilización en maíz de segunda que en siembra temprana, para un lote dado.
Para los especialistas del Inta, el factor diferencial a favor del maíz de segunda lo constituye el agua disponible para el cultivo. Durante el período que abarca fin de febrero-marzo (crítico para siembras de segunda), no sólo llueve más sino que hay menor evapotranspiración que en diciembre-enero, y por lo tanto el riesgo o probabilidad de sufrir déficit hídrico es menor en segunda. "En otras palabras, lo esperable bajo condiciones de secano es que el maíz de segunda generalmente tenga durante su período crítico una mayor cantidad de agua disponible que el de época normal de siembra", agregan.
En suma, un maíz de segunda realizado con buena tecnología de fertilización constituye "una alternativa muy recomendable y económica siempre y cuando diatraea sea controlada". En el caso del control químico de diatraea, el costo total de la aplicación es de alrededor de 1,5 q/ha.
En contraposición a los excelentes rendimientos obtenidos en maíz de segunda con control de diatraea, los mismos materiales o híbridos sembrados en el mismo lote y fecha, con idéntico manejo de malezas y de fertilización, pero sin control de la plaga, en los 7 años de evaluaciones se obtuvieron rendimientos que variaron entre 35 y 55 q/ha. Estas magnitudes de cosecha son las esperables en un maíz de segunda que no tenga control de diatraea.
Según el trabajo, la comparación entre los rendimientos con control y sin control de diatraea en maíz de segunda bajo condiciones de secano, al menos está indicando lo siguiente:
1) Que diatraea es el principal factor de producción a manejar, ya que se puede doblar el rendimiento a través de un control eficiente.
2) Que con un maíz de segunda que tenga buen paquete tecnológico (similar al de siembra temprana) y control de la plaga, es altamente probable obtener excelentes rendimientos y rentabilidad (Márgenes Brutos superiores a $200/ha evaluados por el Inta Pergamino).
3) Que los riesgos de sequía o déficit hídrico durante el período crítico del maíz son menores en siembras de segunda que en época normal.
La Ciudad
