Emir Yoma, el empresario y ex cuñado del ex presidente Carlos Menem que pasó siete meses detenido vinculado a la presunta venta ilegal de armas a países en guerra, volvió ayer a Nonogasta, donde se encuentra la curtiembre de su familia, y se mostró lleno de optimismo "porque exportamos". Yoma, que dijo estar convencido de que "la Justicia hizo justicia" con su liberación, llegó a esa localidad riojana con un grupo de empresarios alemanes en su avión privado y fue recibido por sus hermanos Omar y Nahim. Sobre su relación actual con Menem confesó que "es la de siempre, excelente, una excelente amistad. Ya no podemos decir de parentesco, porque somos ex cuñados, pero la relación es la misma". Mucho más delgado que hace siete meses y de buen ánimo, Emir Yoma dio una visión optimista sobre el futuro de su empresa, que emplea a 940 operarios y aseguró que "hemos nacido acá, hicimos esta fábrica acá y acá vamos a morir". El empresario señaló además que trabaja con su equipo completo "para seguir creciendo, a pesar de todas las piedras que nos ponen en el camino, a pesar de mi injusta detención". "Nosotros somos nacidos en este pueblo, esta fábrica lleva acá veinte años. ¿Adónde quiere que vayamos?", señaló Yoma en un momento para luego destacar que encontró al personal de la curtiembre "mejor que cuando me fui". "Ahora estamos tratando permanentemente con las entidades financieras para llegar a un arreglo y creo que el arreglo prácticamente está", añadió al considerar que "están en condiciones de arreglar definitivamente nuestro concurso de acreedores". La Curtiembre Yoma pidió la convocatoria de acreedores a la Justicia del departamento de Chilecito ante las deudas contraídas con tres acreedores principales: el Banco de la Nación, el Banco Provincia de Buenos Aires y el Banco Ciudad de Buenos Aires, por un total aproximado de 119 millones de pesos. A poco de llegar, Emir Yoma recorrió ayer todos los sectores de la planta, que actualmente trabaja al 90 por ciento de su capacidad, lo que llevó a decir a Roberto Perino, gerente de producción de la empresa, que soportan la crisis argentina a través de la exportación de un "60 por ciento al Brasil, entre 10 a 15 por ciento a Alemania (la Mercedes Benz compra sus cueros para las butacas de sus automóviles), 20 por ciento a Estados Unidos y el resto a Oriente".
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