Un integrante del equipo neocelandés de rugby Wellington Academy, que se encuentra de paso por Rosario para enfrentar hoy a un seleccionado local, fue detenido e imputado por la violenta agresión a un chico de 18 años al que le aplicó un tremendo golpe de puño en la cara, provocándole hendidura de cráneo y fractura del tabique nasal. El estado de salud del joven era ayer estable, pero reservado, ya que si bien su vida no correría peligro podría sufrir lesiones cerebrales irreversibles.
La víctima de la agresión es Gabriel Capotosti, quien fue golpeado por el rugbier Riki Flutey, cuando se encontraba jugando al metegol con unos amigos en la vereda de un minimarket frente a un conocido bar en donde el deportista y otros tres compañeros de equipo habían estado bebiendo hasta las 3.30. Flutey está acusado hasta el momento por lesiones graves y a disposición del juez de instrucción Alfredo Ivaldi Artacho. El episodio tuvo repercusión en Buenos Aires porque al principio se había informado que el Wellington era el equipo juvenil de los famosos All Blacks, la selección de Nueva Zelanda.
Fuentes de la Unión Rosarina de Rugby, entidad organizadora del match de esta noche, aclararon que el Wellington no tiene nada que ver con los All Blacks, quienes mañana enfrentarán a Los Pumas en Buenos Aires. No obstante, familiares del chico agredido indicaron que ayer a media mañana se recibió una llamada telefónica en el Hospital Italiano de la Embajada neocelandesa que buscaba información precisa sobre la salud del chico.
Flutey, de 21 años, un metro ochenta de estatura y de una contextura física robusta, se encontraba alrededor de las 3 con sus compañeros Ross Filipo, Apoua Stewart y Shannon Paku en el bar Soho (de Salta y Alvear). Allí bebieron bastante alcohol y escucharon música a todo volumen hasta que en un momento dado decidieron salir del local y dirigirse hasta un minimarket ubicado frente al boliche.
En estado de ebriedad
En ese negocio se encontraba Capotosti junto a sus amigos Nicolás Maggi y Víctor Lapenta, de 18 y 19 años, respectivamente. Según contó Víctor, los tres y otro chico no identificado jugaban al metegol en la vereda del negocio cuando aparecieron los extranjeros. Testigos del episodio relataron que los rugbiers aparentaban haber bebido demasiado y que enseguida quisieron jugar al metegol.
"Estaban totalmente borrachos. Además no los entendíamos por el idioma y estaban bastante excitados. Cuando vimos que eran extranjeros les preguntamos algunas cosas como de dónde venían y cosas por el estilo. Los habíamos dejado jugar al metegol y Gabriel miraba al costado e incluso intentaba traducir algo porque sabe bastante de inglés. De pronto, uno de ellos se metió en el negocio y compró una bolsa de papas fritas. El tipo salió a la calle y sin excusas le pegó un puñetazo en la cara", contó Víctor.
El muchacho recordó que inmediatamente después al menos tres de los rugbiers comenzaron a perseguirlo por calle Salta en dirección a Oroño para pegarle a él también, pero pudo escapar. Gabriel fue socorrido por sus amigos y Jorgelina, la dueña del minimarket. Los chicos ayer declararon que no hubo ninguna provocación de parte de Gabriel y que el chico estaba totalmente desprevenido cuando fue golpeado.
El joven agredido tuvo que ser internado primero en el Hospital Clemente Alvarez y luego en el Italiano con hundimiento de cráneo y fractura de tabique nasal. "Fue impresionante como se le puso la cara. Tenía hemorragia en la nariz y la frente comenzó a hincharse de una manera espantosa", dijo Jorgelina. Gabriel permanecía ayer en el sector de terapia intensiva. Durante toda la mañana sufrió vómitos y una inflamación en el cerebro que impidió realizarle una tomografía computada.
Los cuatro rugbiers fueron detenidos más tarde en el bar de Tucumán y Balcarce, hacia donde se dirigieron luego del altercado en Salta y Alvear. A partir de ese momento, Flutey quedó imputado como autor material de la agresión, mientras que sus compañeros quedaron como testigos del episodio. Una insólita situación se vivió en la seccional 3ª, donde se realizan las actuaciones, ya que hasta avanzada la tarde ayer, es decir casi doce horas después de ocurrido el hecho, los extranjeros no pudieron declarar simplemente porque no aparecía ningún intérprete.
"Una persona tranquila"
De acuerdo a lo dispuesto por el juez Ivaldi Artacho, sólo Flutey quedó detenido mientras que sus compañeros salieron en libertad por la tarde.
Jorgelina, Nicolás y Víctor defendieron la inocencia de Gabriel en todo el asunto. Remarcaron que la agresión no tuvo ninguna justificación y definieron a la víctima como una "persona tranquila, que nunca estuvo en problemas". Gabriel estudia en la Facultad de Ingeniería y profesa la religión Adventista del Séptimo Día. Sus amigos contaron también que el lunes iba a rendir el examen final de inglés en Aricana.