La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) fue acreditada por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau). El dato no es menor ya que por primera vez en la historia se hizo un diagnóstico de la calidad educativa de la carrera, junto con otras once facultades del país (ver infografía). De este modo la facultad rosarina logró el reconocimiento del máximo organismo ministerial, incluso antes de poner en marcha el cambio curricular que se implementará en el 2002. La primera etapa del proceso fue una autoevaluación dirigida por las autoridades que se elevó a la Nación. "Allí destacamos que lo mejor son los recursos humanos en cantidad y calidad compuesto por el cuerpo docente, y nuestras fallas más profundas es la cantidad de alumnos crónicos que atentan contra la calidad de la formación", sintetizó ante La Capital la decana de Medicina, Raquel Chiara. Las posibilidades de la facultad ante el examen de la Coneau eran cuatro; no alcanzar la acreditación, lograrla por un año, por tres o por seis. La institución rosarina logró acreditar por tres, pero "sin compromiso", es decir sin grandes obstáculos a vencer e incluso sin haber puesto en marcha la nueva currícula. "Tuvimos la máxima calificación posible", señaló el vicerrector, Juan D'Aloisio. La tarea insumió casi más de un año y a pesar de que aún la resolución del organismo nacional no se hizo oficial, verbalmente felicitaron al rector de la UNR, Ricardo Suárez, por el trabajo que se realiza en esa casa de altos estudios. En el informe previo la Coneau además coincidió con las autoridades locales en destacar la excelencia de la formación académica del cuerpo de profesores. En 1998 el Ministerio de Educación de la Nación estipuló 126 requisitos indispensables para poder presentarse de modo voluntario a la evaluación o acreditación. "Con la vieja currícula no superábamos el 25 por ciento de los puntos indicados", explicó Chiara, y dio cuenta del intenso trabajo que supuso ponerse a tono con las nuevas disposiciones. En octubre del año pasado comenzó el trabajo de evaluación interna, que le llevó seis meses de tareas a una comisión integrada por autoridades, docentes y estudiantes de la institución. El trabajo finalizó con un documento de 36 tomos, con 200 páginas cada uno. Luego de que la Coneau lo estudiara mandó una comitiva veedora integrada por expertos en educación que incluyó a profesionales y técnicos de entidades privadas y estatales. "No les quedó nada por verificar, estuvieron con los alumnos, en las aulas, en los hospitales y con los profesores, hasta abrieron los cajones para ver con qué trabajábamos", recordó Chiara. Finalmente la Coneau hizo el informe final dándole el crédito educativo por tres años, es decir que también avaló la nueva currícula antes de que se ponga en marcha. Según explicó la decana, la facultad es la "más masiva del país, y con esto demostramos que calidad y cantidad de alumnos no se contraponen". En ese marco resaltó que sin el apoyo "incondicional" de todo el cuerpo docente y no docente, los cambios y el trabajo no hubiera llegado a buen puerto. "La transformación no es un cambio de plan, es una transformación institucional, en la que muchas personas están comprometidas para seguir avanzando en la construcción del conocimiento científico", remató Chiara.
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