Doce años después de la retirada de las tropas soviéticas de ocupación de Afganistán, una unidad rusa armada, compuesta por 90 hombres, aterrizó ayer en el aeropuerto de Bagram, cerca de Kabul, con la misión de levantar un hospital militar y reconstruir la embajada rusa en la capital afgana, informó un miembro del contingente. La misma fuente aseguró que no se trata de una unidad del ejército ruso, sino del ministerio para Situaciones de Desastre, aunque los miembros de la tropa iban armados con pistolas, carabinas de asalto Kalashnikov y llevaban chalecos antibala. La unidad rusa levantó en Kabul un campamento en una explanada detrás de la embajada alemana. La llegada de los rusos despertó expectación. "Si su objetivo es realmente ayudar a Afganistán, son bienvenidos, pero si tienen otras metas, no las alcanzarán", declaró uno de los afganos congregados en el lugar en el que están los rusos. Un soldado de la Alianza del Norte aseguró que la llegada de la unidad rusa había sido acordada previamente. La Unión Soviética ocupó Afganistán a finales de 1979, lo que significó el comienzo de 22 años de guerra que destruyó el país. "¿Son soldados?", preguntó un hombre. "¿Son gente mala? ¿Qué hacen aquí?" Los rusos armados tienen un pasado nada envidiable en Afganistán. La invasión soviética de 1979 a 1989 dejó al país atiborrado de viudas de guerra, minas antipersonales y restos calcinados de tanques y transportes blindados de personal. (DPA y Reuters)
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