El presidente de la Autoridad Portuaria de Tarragona, Lluis Badía i Chancho, delineó ayer los principales ejes por los que transitará la concesión del puerto local. Se mantendrán las cargas tradicionales, mientras se apuntará a una gestión comercial compartida con los empresarios locales. "Iremos a la búsqueda de las cargas que el puerto tuvo hace 8 años, para que vuelva a ser lo que fue y a su vez integrarlo a todo el mundo", resumió el directivo. El plan estratégico del consorcio prevé que en los primeros meses de concesión se reparen los muelles, se incorporen grúas para contenedores y se ponga en marcha la cámara de frío para el manejo de productos como la fruta. Esto significará un desembolso para el primer año de gestión de unos 17 millones de pesos, sumando las obras obligatorias exigidas en los pliegos licitatorios y las proyectadas por el grupo privado. Badía i Chancho se mostró confiado en mejorar la llegada de la producción al puerto por vías férreas, por lo cual hace unos meses se viene trabajando en forma conjunta con la concesionaria Nuevo Central Argentino (NCA). Con la infraestructura portuaria en condiciones se pondrá en marcha el plan estratégico diseñado para los muelles rosarinos. En tal sentido, Badía i Chancho indicó que "será diversificado y progresivo pero sin renunciar a cargas tradicionales como la fruta, fertilizantes, azúcar y cereales". El grupo catalán buscará operar desde el puerto local el estibaje de autos y el manejo de mercaderías en contenedores. Badía i Chancho lanzó una amplia convocatoria a los sectores empresariales presentes ayer en el acto de adjudicación. A ellos les dijo que "el futuro de Rosario también está en sus manos".
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