"Sí, esas células son mías, pero no me arrepiento: quiero sólo volver a caminar", dijo un médico norteamericano, paralítico desde hace once años a causa de un accidente de bicicleta. El hombre contó que estaba entre los donantes de tejidos que permitieron a la sociedad Advanced clonar el primer embrión humano.
"Técnicamente -dijo Judson Somerville- soy el primer hombre clonado. Y sé que ésta es una técnica que suscitó muchas polémicas pero yo tengo un sueño: quiero tener la posibilidad de llevar al altar a mi hija el día de su casamiento".
Las células tomadas provienen de la pantorrilla derecha y la esperanza del médico es que se pueda utilizar la técnica de la clonación para ayudar a otros: "Es un descubrimiento importantísimo, más importante que los antibióticos y que los transplantes de corazón", dijo.
El médico espera tarde o temprano que el mundo científico encuentre el método para reproducir las células de la espina dorsal lo que le permitiría caminar de nuevo.
Encendida polémica
El ginecólogo romano Severino Antinori, experto en técnicas de reproducción asistida, y Harry Griffin, uno de los padres de la oveja Dolly, protagonizaron ayer un fuerte debate en un programa de radio italiano. Discutieron sobre la aparición de malformaciones tras clonar un embrión humano. Antinori dijo que ya no es un riesgo real luego del descubrimiento, en agosto, de dos genes capaces de proteger el embrión de malformaciones individuadas en los monos y el hombre.
Griffin se mantuvo inamovible en su posición: "Creo que Antinori se equivoca porque se refiere a un gen que no parece estar presente en el hombre. Antinori no conoce bastante la biología molecular para comprender los mecanismos implicados en la clonación". (Ansa)