Año CXXXV
 Nº 49.314
Rosario,
miércoles  28 de
noviembre de 2001
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Carta abierta a De la Rúa de 83 escritores e investigadores universitarios
Intelectuales del mundo piden detener un juicio contra un académico argentino
Raúl Dargoltz es un historiador que investigó la revuelta santiagueña de 1993. Un político de entonces, muy cuestionado, lo querelló y puede ir preso. "Lo enjuicia un corrupto por escribir un libro", dicen sus defensores

Ochenta y tres intelectuales de América latina, Europa y Norteamérica dirigieron una carta abierta al presidente Fernando de la Rúa preocupados por el próximo enjuiciamiento en Buenos Aires del historiador santiagueño Raúl Dargoltz, quien fue querellado por calumnias por un funcionario de su provincia, integrante del elenco de gobierno que desató una enardecida revuelta popular en diciembre de 1993.
El grupo de académicos, profesores y escritores manifestaron su solidaridad con Dargoltz, un académico de 56 años que es profesor de Historia Social en la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Dargoltz es investigador del Conicet y miembro activo de la red internacional "Historia a Debate".
El funcionario que llevó a juicio a Dargoltz es Miguel Brevetta Rodríguez y fue secretario de Medios de la provincia cuando se produjo el estallido social casi ocho años atrás. Brevetta se sintió agraviado por el contenido de un libro que el historiador publicó en 1994: "El Santiagueñazo. Gestación y crónica de una pueblada argentina". Allí se describen causales históricas del suceso y también se da cuenta de entretelones sociales de la revuelta.

Paradojas
"Si me encuentran culpable se va a dar la paradoja de que el cartero será condenado mientras que los saqueadores de la provincia están libres y muchos de ellos en cargos públicos", le dijo ayer Dargoltz La Capital, desde un aula de la universidad en la que enseña.
En la carta a De la Rúa, los intelectuales le advierten que "un ex funcionario del gobierno de la corrupción existente en aquella provincia" querelló a Dargoltz por supuestas calumnias e injurias, y que el próximo 3 de diciembre se llevará a cabo el respectivo juicio oral en un tribunal correccional porteño, por el que puede recibir una pena de hasta tres años de prisión. Para los denunciantes Dargoltz será sentado en el banquillo "por escribir, en suma, un libro de historia". En consecuencia, exigieron a la Justicia "el sobreseimiento de Dargoltz en este juicio político que conculca las libertades de cátedra e investigación que definen la autonomía de las instituciones universitarias, y de sus profesores e investigadores, frente a las agresiones del poder en sus diferentes versiones".
Dargoltz se especializó en describir el sistema de rígido patronazgo político que rige la vida de su provincia. "En mi libro trato de entender el fenómeno del estallido no como un suceso del día para el otro sino como resultado de un proceso de caudillismo y exclusión regional, gestado antes incluso de la dictadura militar, agravado por un proceso nacional de ajuste de las economías regionales", detalló.
En una parte del libro Dargoltz analiza a representantes del sistema político santiagueño. Uno de ellos es Brevetta Rodríguez, un funcionario aborrecido por los días del santiagueñazo, al que se le adjudicaba enriquecimiento ilícito. Su figura era una especie de emblema del régimen.
"Era el Rasputín del sistema. Su casa, en la que según montones de testimonios se realizaban fiestas y orgías, fue incendiada el día de la pueblada. Lo que lo indignó fue que describí en el libro algo que incluso está registrado en un video: la gente que saqueó su vivienda salió del interior con montones de cajas de champagne. Y con vibradores para uso sexual", reseñó el escritor.
Según el historiador, Brevetta lo lleva a juicio ahora no casualmente. "Esperó a que los jueces cómplices de este sistema lo sobreseyeran de todas las causas que tenía. Y ahora embistió contra mí en Buenos Aires porque la editorial que publicó mi libro es de allí". Dargoltz podría haber optado por ser juzgado en su provincia. "Preferí no hacerlo en un lugar donde los tribunales, adictos al régimen, fueron incendiados por su desprestigio".

Las adhesiones
Entre otros académicos e intelectuales, firmaron la carta a De la Rúa Carlos Barros, de la Universidad de Santiago de Compostela, España; Rodolfo Pino, de University of Saskatchewan Saskatoon, Canada; Albert Broder, Universidad de París XII; Giovanni Levi, Universidad Ca'Foscari Venecia, Italia; Boris Berenzon, Universidad Autónoma de México; Tzvi Tal, Universidad de Tel Aviv, Israel; Irma Antognazzi, Universidad Nacional de Rosario; Waldo Ansaldi y Emilio De Ipola, de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA; Antonio Ibarra, Center for US-Mexican Studies University of California at San Diego California, EEUU; y el escritor uruguayo Eduardo Galeano.



Una multitud incendió las sedes de los tres poderes.
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