La única persona que no estuvo encerrada durante las dos horas en que se perpetró el robo fue el gerente del banco. Los delincuentes lo mantuvieron en una especie de "libertad vigilada" hasta que se abriera la puerta blindada del tesoro. Eso sucedió después de las 10, es decir ya en horario de atención al público. El grupo contó con una cuota importante de suerte ya que entre las 10 y 10.15 ingresó una sola persona a la entidad. Según voceros policiales en ese instante los únicos visibles cerca de las cajas eran el gerente y uno de los ladrones que no se le despegaba de al lado. Entonces se produjo otra secuencia llamativa. Un cliente entró e hizo una consulta sobre un cheque y el gerente se la respondió, siempre con el delincuente a su lado. Lo cierto es que el hombre se retiró sin percibir nada raro. Recién después se abrió la puerta del tesoro.
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